Seguridad y mejor calidad de vida, buenos deseos navideños

Se está terminando el año 2023 y es un momento propicio para hacer una revisión de todo lo que pasó y de aquellas cosas que quedaron pendientes.

A nivel mundial, el Papa Francisco entregó su mensaje de Navidad, el cual, claro está, estuvo cruzado por los horrores de la guerra y de las confrontaciones cruentas en distintas partes del mundo. 

La violencia está presente en todas las sociedades y se expresa en distintas formas. Nuestro país no vive las atrocidades de un conflicto armado, pero sí enfrenta brotes de subversión y también un recrudecimiento de acciones delictivas y ligadas a grupos narcotraficantes que desnivelan la convivencia diaria y que afecta a muchos inocentes.

Por ello las encuestas han puesto la seguridad como principal preocupación de los chilenos y tienen en la victimización un elemento a considerar a la hora de rediseñar las políticas públicas y reorientar esfuerzos.

En tal contexto, Magallanes desde todas las instancias públicas y desde la propia vecindad se han estado levantando voces de alerta sobre no sólo el aumento de delitos, sino sobre la violencia ligada a ellos. 

Pese a todo, la región sigue siendo una zona relativamente segura, pero también es cierto que estos males van creciendo y, lentamente, pero sin pausa, van extendiendo sus raíces. 

Esto debe llevar a las autoridades y jefaturas vinculadas a estas temáticas a actuar oportunamente y a asumir un plan de control, persecución y castigo de quienes delinquen, pero, sobre todo, un proyecto coordinado de prevención.

Si cosas tan simples de solucionar, como puede ser los ruidos molestos y las carreras nocturnas de vehículos, siguen sin control, cabe preguntarse qué pasará si el nivel de violencia continúa subiendo respecto de delitos graves y del crimen organizado.

En esta Navidad y ya de cara al año 2024, es dable desear que las máximas autoridades regionales no sólo sigan empeñadas en sentar las bases de un crecimiento económico, sino que asegurar que Magallanes siga siendo una zona tranquila y segura.

Aunque la calidad de vida pasa por mayores ingresos y contar con más recursos económicos para satisfacer requerimientos esenciales como salud, educación y vivienda, también se mide respecto de intangibles como sentirse libres para opinar y desplazarse y tranquilos y seguros en las actividades cotidianas.

Libertad, seguridad, tranquilidad deben ser no sólo buenos deseos, sino bienes intangibles que se garanticen para todas y todos los magallánicos.