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Resultados Paes, educación pública y democracia – I

Por La Prensa Austral Lunes 8 de Enero del 2024

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Ranking es una palabra que genera adhesión y rechazo, a la vez, entre quienes sostienen visiones sobre lo que debe ser y hacer la educación en Chile.

Si bien hay un sector que se agarra en demasía a los rankings y a los listados de mejores y peores, también es cierto que al otro lado del espectro están aquellos a los que esta palabra les resulta, sencilla e ideológicamente, execrable.

Quienes están en este último grupo han sido los ideólogos e instigadores del desmantelamiento de los colegios y liceos emblemáticos, alentando tomas y todo tipo de acciones y medidas tendientes a homologarlos con el resto de los establecimientos educacionales del país. Una vez más, la tendencia es a nivelar hacia abajo, so pretexto de la democratización de la enseñanza y del acceso a la educación.

Hoy, con los resultados de la Paes en vista, seguramente estarán contentos. Están a un tris de echar por tierra décadas de esfuerzos de maestros y directivos que se han empeñado por inculcar en los niños, las niñas y los jóvenes el sentido de excelencia, alentarlos a creer en sus capacidades y a buscar sobresalir, en el buen sentido de esta palabra.

Puede ser que los rankings resulten odiosos y que perjudiquen a colegios y liceos que están realizando enormes esfuerzos por acoger a los estudiantes y entregarles la mejor educación que las habilidades del cuerpo docente, la infraestructura y los recursos económicos disponibles permiten.

Los rankings pueden ser repelentes, pero en ellos hay verdades insoslayables: 97 de los 100 colegios con mejor promedio en la última Paes fueron particulares pagados.

Esto ha generado un sinnúmero de interpretaciones, gatillando nuevamente la discusión sobre las brechas de calidad entre la educación pública y la privada.

Si bien aquello resulta un debate conveniente para los sostenedores privados, no deja de ser un tremendo cuestionamiento a lo que se ha estado haciendo -o no- en el marco de la enseñanza pública, bajo el sistema municipalizado y, más recientemente, a través del nuevo régimen de los servicios locales de educación.

Lo que está sucediendo -que las brechas se siguen aumentando- debe alertar a las máximas autoridades de Magallanes y a quienes tienen la responsabilidad de instalar y administrar al Servicio Local de Educación Pública (Slep) en nuestra región.

El nuevo sistema comenzó a operar este 1 de enero, pero su éxito no sólo puede cimentarse en la retórica ideológica añorante del pasado glorioso y con sentido de inclusión de la otrora educación normalista.