El retiro del ex Presidente Ricardo Lagos

Pocas veces, este espacio editorial se dedica a reflexionar sobre el acontecer nacional, dado el compromiso asumido con la región y el desarrollo de su gente.

Sin embargo, hay ocasiones que ameritan alzar la mirada y hacerse cargo de lo que está aconteciendo a nivel país.

La decisión de Ricardo Lagos, ex Presidente de Chile, de retirarse de la vida política activa representa un hito y amerita dejar, por un momento, la contingencia magallánica. Ello, porque su anuncio implica, en rigor, el cierre de un capítulo significativo en la historia del país.

Lagos, una figura influyente y un actor clave en el escenario político chileno, ha dejado un legado que merece ser reflexionado y apreciado.

Fue uno de los líderes de la oposición a la dictadura militar. Su carrera política, que abarcó décadas, se caracterizó por un compromiso inquebrantable con la democracia y el servicio público. Desde sus primeros pasos en la arena política hasta su mandato presidencial, Lagos desempeñó un papel crucial en la transición de Chile hacia un país más democrático y progresista.

Fue el primer socialista en llegar a La Moneda, tras el derrocamiento de Salvador Allende, con todas las suspicacias que ello levantaba y con un Augusto Pinochet aún vivo.

Como Presidente, Lagos presidió una etapa crucial en la evolución económica y social de Chile. Su administración implementó reformas que impulsaron el crecimiento económico y abordaron las desigualdades.

La carrera política de Lagos no estuvo exenta de desafíos y controversias. Sin embargo, su habilidad para abordar problemas complejos y su dedicación a la construcción de consensos han sido aspectos destacados de su liderazgo. Su pragmatismo y su mirada de estadista marcaron la diferencia.

Por ello, su retiro de la vida pública plantea preguntas sobre el futuro de la política chilena y el tipo de liderazgo que la sociedad espera. ¿Quiénes serán los arquitectos de la próxima etapa en el desarrollo del país? ¿Cómo se abordarán los desafíos emergentes? Estas son cuestiones cruciales que la nueva generación de líderes políticos deberá enfrentar. Lamentablemente, en un ambiente más bien polarizado y con un mundo político cada vez más precarizado  y de vuelo bajo, no se vislumbran en el escenario actual liderazgos emergentes de la categoría de Lagos.