Piñera: un funeral de Estado y el reconocimiento ciudadano

La pérdida del ex Presidente Sebastián Piñera marca un momento de reflexión y homenaje para Chile. La decisión de otorgarle un funeral de Estado refleja el reconocimiento a su contribución significativa a la historia política del país. Más allá de las diferencias ideológicas, el actual gobierno no se equivoco al momento de tomar tal decisión.

El funeral de Estado es un tributo apropiado a la trayectoria de un hombre que lideró la nación en dos periodos presidenciales. Este gesto no sólo honra su legado, sino que también reconoce la importancia de su servicio público y su impacto en el desarrollo de Chile.

El reconocimiento popular durante su velorio destaca la conexión que muchos ciudadanos sienten con su figura. Su enfoque en políticas de desarrollo económico, generación de empleo y estabilidad financiera dejó una impresión duradera en la sociedad chilena.

Pero, gran parte de las declaraciones de la gente sencilla que se acercó a la residencia del ex mandatario o se aproximó a la sede del ex Congreso Nacional en Santiago reconoció el impacto de las políticas públicas impulsadas por Piñera en el ámbito social, especialmente la Pensión Garantizada Universal, el matrimonio igualitario y el post natal.

Otro punto destacable de la jornada vivida ayer fue la presencia de ministros del actual gobierno en el velorio, luego de que el propio Presidente Boric acudiera al Grupo 10 de la Fach a recibir sus restos. Todo ello debe ser valorado como un gesto de unidad nacional. En tiempos donde la polarización política a menudo domina la narrativa, este acto refleja la importancia de dejar de lado las diferencias partidistas para honrar la figura de un ex Presidente y expresar solidaridad con su familia y seguidores.

Muchos comentarios han surgido respecto de no exagerar con opiniones complacientes y poco críticas de la figura de Piñera y su doble paso por La Moneda. Ciertamente, tuvo muchos bemoles y de eso, por ejemplo, sabemos bien los magallánicos al momento de recordar “la crisis del gas” y cómo bajó del Plan Magallanes el proyecto de Centro Antártico Internacional.

Quedará como capítulo obscuro la responsabilidad política que tuvo respecto de las víctimas del estallido social y de las graves secuelas que sufrieron varios manifestantes.

Como bien señaló su hermano Pablo, serán los historiadores los que tendrán la labor de realizar un examen más exhaustivo y con perspectiva de los dos gobiernos que encabezó Piñera. Por el momento, cabe apreciar el sentido de unidad nacional que ha primado tras la tragedia que cobró su vida.