Necrológicas

Comienzo del ocaso de una generación política (I)

Por La Prensa Austral Sábado 10 de Febrero del 2024

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Esta semana, la agenda noticiosa ha estado marcada, sin lugar a dudas, por el trágico accidente que cobró la vida del ex Presidente Sebastián Piñera.

Ayer, se llevó a cabo su funeral de Estado, de una manera impecable y que enorgulleció a todos los chilenos, sin importar el color político.

Pero, el entierro de Sebastián Piñera no sólo marca el adiós a un líder político, sino que simboliza el inicio del fin de una generación de políticos que desempeñaron roles cruciales en la transición democrática de Chile. Este momento invita a la reflexión sobre los aportes de este grupo de distintas tiendas políticas, especialmente en términos de unidad y diálogo, herramientas fundamentales que guiaron el rumbo del país en tiempos críticos.

Así como la semana anterior comentamos el retiro de la vida política activa del ex Presidente Ricardo Lagos, podemos sostener que Sebastián Piñera fue testigo y protagonista de la transición democrática que marcó el fin de la dictadura militar en Chile. 

Esa generación de políticos enfrentó el desafío de construir una democracia estable y unir a un país que había vivido años de profunda división. Piñera, junto con otros líderes de su época, desempeñó un papel fundamental en este proceso, contribuyendo a sentar las bases de la democracia que hoy disfrutamos.

La generación a la que perteneció Piñera entendió la importancia de la unidad como pilar fundacional de la nueva era democrática. A pesar de las diferencias ideológicas, trabajaron juntos para construir consensos, superar antagonismos y avanzar hacia un Chile más cohesionado. La búsqueda de acuerdos y la colaboración fueron las herramientas vitales para dejar atrás un pasado de confrontación.

En los años recientes, sin embargo, el ambiente se volvió a tensionar y a polarizar en extremo. Regresó la descalificación, el tratar a quien piensa distinto como un enemigo y no como adversario cuyas ideas se pueden confrontar, y a usar, incluso, la violencia física como herramienta, aparentemente, válida para forzar el rumbo del país.

¿Habrá una lección de todo esto? Ayer, aquellos que abrazaron un discurso polarizado, parecieron haber aprendido algo de los políticos que los antecedieron, los mismos que ellos cuestionaron severamente. 

El funeral de Piñera puede ser la señal más cierta de que hay una generación que comenzará a dejarnos, de la cual sus sucesores deben aprender la importancia del diálogo y la unidad.