Necrológicas

Salmonicultura, navegando aguas desafiantes

Por La Prensa Austral Sábado 2 de Marzo del 2024
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Pese a la oposición que tiene la actividad, la salmonicultura llegó a representar un porcentaje significativo del Pib regional, pero, actualmente,  enfrenta desafíos considerables que demandan una reflexión profunda sobre su sostenibilidad y su relación con las comunidades, especialmente los grupos de pueblos originarios.

El año pasado, la productividad del sector disminuyó drásticamente y las proyecciones para este 2024 son, más o menos, pesimistas. Uso efectivo de las concesiones acuícolas, merma de producción de los centros, la judicialización de los permisos ambientales y cierre de empresas y procesos judiciales abiertos han redundado en la fuerte caída de los niveles cosecha, procesamiento y exportación.

Más que una frase hecha, decir que hoy la salmonicultura enfrenta una encrucijada es una realidad.

No sólo debe seguir resistiendo las campañas de ONG internacionales y el descrédito que algunos de sus propios socios han generado. Hoy el sector de la Pesca y la Acuicultura está en alerta, además, por la demanda de comunidades de pueblos originarios de uso exclusivo de vastas zonas costeras en Aysén, ya que, si bien se rechazó las dos solicitudes presentadas, esto puede replicarse en otras regiones.

Es efectivo que la relación con las comunidades locales, en particular con los grupos de pueblos originarios del borde costero, es un aspecto crucial en el desarrollo de la salmonicultura en Magallanes. El diálogo abierto, el respeto a los derechos de las comunidades y la consideración de sus preocupaciones son fundamentales. Incorporar la perspectiva local en la toma de decisiones puede generar soluciones más equitativas y sostenibles.

Todo esto conlleva una necesaria convivencia, pero sin exclusiones.

Magallanes alberga paisajes naturales de gran valor y su preservación es una responsabilidad compartida. La salmonicultura debe comprometerse activamente en prácticas que minimicen su impacto ambiental y contribuyan a la salud a largo plazo de los ecosistemas acuáticos. La responsabilidad social y ambiental se vuelve un componente esencial para la legitimidad y éxito del sector.

Pero, también la autoridad debe tener un actuar claro y las reglas de juego tienen que ser conocidas y no cambiantes. Es lo que requiere cualquier empresa al momento de invertir.

Se necesita una colaboración efectiva entre los actores involucrados: empresas salmonicultoras, autoridades regionales, comunidades locales y organizaciones medioambientales. Juntos, pueden trazar un camino hacia un desarrollo económico más equitativo, respetuoso con el entorno y centrado en el bienestar de las
comunidades.