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La ciencia oculta bajo el hielo

Por Alfredo Soto Martes 23 de Abril del 2024

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Si hay por ahora una gran preocupación de gente que escucha, lee y se interioriza acerca del futuro de la Antártica, siempre en reuniones con amigos, colegas, conocidos sale a relucir las pertinentes consultas sobre el deshielo, los pingüinos, el cambio climático, pero últimamente se ha precipitado como un mito, que ronda en que el sistema del Tratado Antártico, que regula todo el acontecer en el continente antártico, y casi con mucha certeza de que este sistema está próximo a su término y así resaltan muchas dudas y consultas acerca de lo mismo y con ello la preocupación de qué es lo que va a acontecer…¿será un nuevo escenario de disputas?, ¿aparte del cambio climático es que se avecina una nueva demoledora idea de explotar la Antártica?

A pesar de que sabemos que este Tratado considera al continente blanco en el uso exclusivo para la ciencia y la práctica objetiva de la paz entre las naciones, insistiendo que ante este mito que ronda en la extinción del más exitoso de los Tratados que convoca la humanidad, tomado por más de una cincuentena de países, algunos de los contertulios, que no son pocos y los más osados se atreven a decir que todo lo que envuelve a este continente es sólo el interés por su explotación en el momento que se pueda, en un futuro en que la geoingeniería a pasos agigantados y con el apoyo de diversas disciplinas investigativas y de la industria y por qué no decirlo acompañado de la Inteligencia Artificial, sea tan sofisticada en un futuro próximo, como aquella que se usa ya hoy día en actividades espaciales, en el estudio de la estratósfera, satélites y planetas llenos de espeluznantes riquezas y de oportunidades de colonizar o simplemente explotar como si cayéramos en una serie de capítulos de novelas fantásticas del cine espacial.

En algunos tópicos y en el sentido común y en la razón, si hay algo de cierto y si hay algo en lo que coinciden todas las superpotencias interesadas en el tema, es que los recursos de la Antártica serán decisivos en la determinación del panorama geopolítico del futuro. Somos testigos de avances en las declaraciones de algunas naciones por darle la importancia de este continente, aludiendo a fines científicos, pero quizás apoyando el titulo de la columna una “ciencia oculta” o una “ciencia que oculta” que no precisamente se refiere a un acto de magia. No hay duda que nos encontraremos frente a estos desafíos. 

El interés de muchos países en la Antártica es a muy largo plazo, en los próximos decenios, porque los avances tecnológicos pueden hacer que la extracción de recursos allí sea mucho más practicable a largo plazo, para ello el desarrollo científico en la región Antártica y también subantártica puede ser crucial a la hora de definir futuras hegemonías. En la Antártica, para muchos discursos mundiales y ligado allí el conocimiento, este pasa a ser un sinónimo de poder. Muchos países que conforman el concierto mundial de intereses en la Antártica, han enviado a sus mejores expertos a la zonas polares, quienes apuntan a convertirse en repetidos procedimientos en excavar y recuperar el núcleo de hielo que demuestra el cambio climático más antiguo registrado y con ello no sólo proyecciones del cambio en el clima mundial, sino también expectantes a una proyección de la limpieza del hielo sobre las plataformas o mantos rocosos, que ya se aprecian en muchas de sus islas subantárticas. Hasta ahora, somos testigos de mucha investigación, que está basada en las ciencias naturales, pero sabemos que hay cada vez más preocupación sobre la seguridad de los recursos. Al igual que las otras potencias, uno de los más activos es China y tiene claridad y sabe que a mayor exploración, más probabilidades de encontrar recursos minerales y energéticos que permitan tomar decisiones en un futuro lejano frente a sus propias necesidades. China está buscando en todo el mundo fuentes de alimentación y de energía y el antártico es una posible fuente de ambas.