El planeta de los simios: nuevo reino
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Estados Unidos, 2024
Director: Wes Ball
Protagonistas: Owen Teague, Freya Allan, Kevin Durand
En salas de cine de Punta Arenas y Natales
La saga de “El planeta de los simios” es considerado un clásico de la ciencia ficción porque planteó hace más de 50 años que la teoría de la evolución podría estar equivocada, porque en algún lugar del universo el mono es amo y señor, mientras que los humanos apenas una especie salvaje y desechable.
La historia se inició en 1968 justamente con “El planeta de los simios”(1968) donde el actor Charlton Heston repite la tragedia de “Ben Hur”, porque de ser un astronauta que explora el cosmos, termina esclavo y fugitivo de un gobierno de simios, y lo que cree se soluciona huyendo de ese planeta, termina en decepción porque se da cuenta que nunca se fue y que simplemente la tortilla se dio vuelta en una escena final de antología con una estatua de la Libertad sepultada en la playa.
Le siguieron otras películas, inferiores a la primera, pero no por eso menos interesantes; 30 años después revivió con el director Tim Burton en una película que nunca prendió y sería el 2011 con una precuela “El planeta de los simios (R)evolución”, donde se explica cómo todo comenzó, con la historia de César, un tierno mono que gracias a una droga para curar el alzheimer se vuelve más inteligente, piensa como humano y aprende a decir “No”. La historia de César es la de un líder como Moisés, Espartaco y hasta Lautaro, porque decide no ser más esclavo, ser guía de los suyos, enfrentar motines y finalmente convertirse en leyenda.
Su epopeya tuvo dos películas más y “El planeta de los simios: Nuevo Reino” se inicia con el funeral de César en un ritual de fuego que ya hemos visto en otras sagas. Y la escena no es gratuita porque busca conectar la historia que vendrá con la anterior y aunque los personajes sean otros, hayan pasado siglos y harta agua bajo el puente, la marca de origen del producto sigue siendo la misma.
Y ahora el protagonista es Noa, un joven simio y miembro de una comunidad pacífica que convive con las águilas y que, en el intento de cumplir con el ritual para hacerse mayor de edad, es testigo de cómo su aldea es arrasada por un ejército de simios que buscan a una mujer humana que huye porque algún secreto esconde. Entonces Noa se embarca en la aventura junto a Raca, un simio que guarda el legado de César y la mujer fugitiva, para enfrentar y rescatar a su comunidad de las garras de Proximus César, un tirano obsesionado con la historia de la raza humana y la tecnología que cuentan llegó a tener.
“El planeta de los simios; nuevo reino” se levanta sobre una historia de escasas ideas, donde quizás lo más relevante sea afirmar que los principios originales de libertad se distorsionan y que quién tiene el arma tiene el poder. Algo no tan novedoso, porque ya el cineasta Stanley Kubrick lo dijo en pocos minutos en su obra maestra “2001, odisea del espacio” (1968) justamente con unos primates prehistóricos que descubren que con un hueso todo se puede. Entonces pareciera que el esfuerzo de la película es crear un nuevo héroe para que la saga y el negocio se potencie y continúe, porque como bien dice el canto popular “Con dinero baila el monito”.
Y aunque esta puede ser la terrible verdad detrás de la película, quizás poco debería importar, porque nada supera los efectos digitales que en su intento de reproducir los gestos, movimientos y malabarismos de los personajes, nos termina haciendo creer que lo que estamos viendo es una realidad. Y decirlo no es una “pintada de monos”, sino algo mayor y perdurable. Es la magia del cine.