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Mujer que cuida a su madre con Alzheimer no ha podido cobrar sus licencias médicas desde hace 10 meses

Martes 4 de Junio del 2024

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Consuelo Godoy Godoy viene dando una fuerte batalla para obtener el pago de sus  licencias médicas mientras destina su tiempo a cuidar a su madre Urbelinda, de 95 años, diagnosticada con Alzheimer. Desde hace 10 meses, se ha visto atrapada en un laberinto burocrático que la ha dejado sin los ingresos necesarios para sostener a su madre, quien está en las últimas etapas de su enfermedad, postrada en cama y pesando apenas 27 kilos.

Ella trabaja como administradora de recursos humanos en la Constructora Vilicic, empresa de la que se muestra muy profundamente agradecida por la ayuda financiera que le han brindado durante el tiempo que lleva fuera de sus funciones, ya sea con la compra de medicamentos, alimentos e incluso con el pago de sus deudas.

“A mi madre la diagnosticaron hace tres o cuatro años con demencia y Alzheimer. Ahora pesa 27 kilos y está postrada en cama. He tenido que tomar licencias por trastornos de ansiedad y depresión debido al estrés de ser su cuidadora, pero todas han sido rechazadas”, expresa Consuelo, visiblemente agotada y afectada.

La mujer ha presentado múltiples apelaciones ante la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) y la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso). Este último organismo aprobó sus licencias de octubre y noviembre, pero las de septiembre y otros meses siguen sin respuesta, dejándola en una situación precaria.

Recurrió a la justicia

“He presentado recursos de protección, documentos y pruebas, pero la respuesta es siempre la misma: esperar. La Corte de Apelaciones ordenó una evaluación por parte de la Compin, pero aún no hay avances”, relata Consuelo, quien también ha sido reconocida como presidenta de los cuidadores en Punta Arenas, título que refleja su dedicación y conocimiento en la materia.

Pero no sólo se enfrenta a la burocracia, sino también a la indiferencia y la falta de apoyo. “Presioné a la secretaria de Salud, al presidente de la Compin, pero nada. Incluso una funcionaria se rió en mi cara. Estoy agotada de esta lucha, mi madre se está muriendo y no tengo los recursos necesarios para cuidarla adecuadamente”, explica.

Además de su rol de cuidadora, se ve obligada a vender joyas y trabajar en ferias para obtener ingresos. “No duermo, vendo joyas de noche, garzoneo y vendo en las ferias con mi madre en silla de ruedas. No tengo red de apoyo, soy hija única y sólo mi nieta de 10 años me ayuda, es mi sostén”.

Esta mujer ha hecho todo lo posible por mantener la dignidad y el bienestar de su nonogenaria madre, pero la falta de respuestas y apoyo institucional la han llevado al límite. “Sólo pido un trato humano y justo. He peleado por los derechos de los cuidadores y seguiré haciéndolo, pero necesito que me paguen lo que me deben para cuidar a mi madre”.

La situación de Consuelo es un llamado urgente a las autoridades para que actúen y brinden el apoyo necesario a quienes, como ella, dedican sus vidas al cuidado de sus seres queridos en condiciones tan difíciles.

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