Asociación H2V Magallanes: entre escándalos, reestructuraciones y cifras más claras
Un libro. Todo se precipitó. Lo cierto -dicen- es que la reestructuración estaba pensada desde antes. Desean darle un giro y hacer que la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Hidrógeno Verde y sus Derivados de Magallanes (H2V Magallanes) tenga una composición diferente y un staff más robusto, desde el punto de vista jurídico y técnico. Esa es la explicación políticamente correcta.
El jueves 30 de marzo del año pasado se lanzó la nueva asociación de la mano de cinco empresas: EDF Chile, EDF Renewables, Hif Global, Teg Chile y Total Eren. Actualmente, son siete las compañías y consorcios que dan vida a la entidad, incluidas algunas que sufrieron modificaciones: Consorcio Austral, EDF Chile, EDF Renewables, Hif Chile, HNH Energy, Teg Chile y TotalEnergies H2. Todas son desarrolladoras de proyectos de hidrógeno verde y sus derivados, en diferentes etapas.
No ha pasado inadvertido que, desde hace más de un mes, la gerente general de la asociación, María Isabel Muñoz, no ha estado participando. La curiosidad llevó a muchos a ver si se presentaría en la tercera sesión de la Mesa Estratégica enmarcada en el llamado Pacto de Magallanes, celebrada a mediados de mayo en Punta Arenas. Allí estuvieron tres ministros (Nicolás Grau, Economía; Nicolás Cataldo, Educación; Jeanette Jara, Trabajo), y el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente. Pero, aunque la gerente de H2V Magallanes estaba anunciada en el programa, la entidad gremial estuvo representada por Antoine Liane, en su calidad de vicepresidente del gremio y director general de TotalEnergies H2.
Hasta el día de hoy, la ausencia de la gerente general se justifica por cuestiones médicas.
¿La acusación es verídica o responde a alguna maniobra interna? Si fuera cierto, el hecho que precipitó todo resultaría vergonzante para la industria.
Más allá de la notoria ausencia, poco se supo de la tercera sesión de la Mesa Estratégica, salvo la reiteración de voluntades de seguir avanzando para viabilizar la industria.
Lo más importante estuvo en la presentación de Antoine Laine que permitió sincerar las cifras de la industria y en el powerpoint de la gerencia de Enap. De acuerdo a la compañía petrolera, en 2027 tendría habilitado Laredo, ello pese a que requiere tramitar concesiones marítimas y las venias ambientales, así como levantar la licitación del proyecto.
Quienes estuvieron presentes hicieron notar que, tras la presentación de Rodrigo Bustamante de Enap, el ministro Grau inquirió derechamente a la asociación gremial si estaba conforme con los plazos expuestos por la estatal.
Consultada por este punto, H2V Magallanes indicó: “Si bien los plazos presentados por Enap son optimistas, la magnitud de los proyectos de hidrógeno y derivados requiere del desarrollo de nueva infraestructura portuaria”.
H2V Magallanes,
sincerando cifras
La presentación de H2V Magallanes se enfocó en dos ámbitos: trabajo y educación.
Se habló de 8 proyectos, 6 de los cuales están emplazados en la zona continental, centrados en las comunas de San Gregorio, Laguna Blanca y Punta Arenas. Los otros 2 están ubicados en Tierra del Fuego, en los sectores de bahía Gente Grande y Cordón Baquedano.
Estas 8 iniciativas suman 35 GW de potencia eólica instalada y US$70 mil millones de inversión estimada.
Potencialmente 10 GW de proyectos en construcción paralela entre 2027 y 2032.
¿Qué significa construir y operar 10 GW? Ello se traduce en 1.500 turbinas eólicas, más de 500 kilómetros de líneas de mediana y alta tensión y más de 500 km de ductos de agua, dihidrógeno (H2) y amoniaco (NH3), además de módulos prefabricados, trenes de Haber-Bosch, transformadores, estanques de agua, hidrógeno y amoniaco, electrolizadores, plantas desaladoras, puertos, muelles, rampas, rutas y caminos que se tienen que construir y/o adaptar. Implica operar excavadoras, camiones tolvas, betoneras, camionetas, buses, grúas, perforadoras, entre otras másquinas, así como disponer de áridos, cemento, hormigón y transporte, alojamiento y cuidado de personas.
A nivel de operación de barcos y movimiento de camiones, estos 10 GW implicarán el desembarco de más de 1.000 embarcaciones en puertos y ello redundará en más de 150.000 camiones a mover entre las instalaciones portuarias y los proyectos.
¿Qué significará todo esto en términos de contratación de mano de obra? Esta fue la pregunta que más permitió dimensionar el impacto de la industria en el mercado laboral. Para responderla, se identificaron dos etapas: construcción de los parques eólicos y las plantas y, luego, la operación.
Para la etapa de construcción, el requerimiento bordeará los 10 mil trabajadores en el peak de la edificación, con un 90% de técnicos calificados y un 5% de mano de obra no calificada. El 2,5% serán ingenieros de proyecto y un porcentaje igual será de personal administrativo.
La operación de estos complejos demandará sólo 1.500 trabajadores, siendo el 95% técnicos calificados, 2,5% ingenieros de operación y mantenimiento y 2,5% personal administrativo.
Una primera aproximación a los perfiles y especialidades que serán requeridas arroja el siguiente listado: técnicos industriales civiles, técnicos eléctricos mediana y alta tensión, técnicos electromecánicos, técnicos marítimos, técnicos químico-industriales, técnicos en instrumentación, técnicos en control de calidad y procesos, prevencionistas de riesgo, operadores de maquinaria pesada, operadores de plantas, mecánicos industriales, conductores profesionales, técnicos en gastronomía, hotelería y servicios, médicos y paramédicos, técnicos en administración, contratos, contabilidad, finanzas y logística.
La asociación presentará durante este primer semestre un borrador de acuerdo de colaboración para que sea suscrito por todos los institutos profesionales de formación técnica, incluida la Umag.