Hito 1 y la pasividad de las autoridades regionales
Lo que comenzó como un reportaje de Radio Bío Bío, que fue tildado de sobredimensionado por fuentes diplomáticas, terminó con las declaraciones claras y firmes del Presidente Gabriel Boric: “O lo sacan o lo sacamos nosotros”, aludiendo a los paneles solares adosados al puesto de control y vigilancia marítima que construyó Argentina y que sobrepasaron territorio magallánico.
Ayer, la prensa argentina informaba a primera hora que efectivos de la Armada y de las empresas que donaron e instalaron los paneles estaban en la zona retirando dichos elementos. Ello, en respuesta a la firmeza del Mandatario. Pero, también luego de que el embajador trasandino dijera inicialmente con desparpajo que ello sería posible sólo en verano.
La referida construcción que sobrepasó unos tres metros el límite territorial en Magallanes representó un significativo impasse que no recibió la atención adecuada por parte de las autoridades regionales. Esta falta de reacción no sólo es preocupante desde una perspectiva de soberanía territorial, sino que también envía un mensaje de desinterés y pasividad en la defensa de nuestros derechos y fronteras.
La violación de las fronteras nacionales, aunque sea por unos pocos metros, es un asunto de la mayor gravedad. Si bien se ha hablado de “un error”, la falta de respuesta rápida y decisiva de las autoridades regionales de Magallanes ante este incidente es alarmante. Cada centímetro del territorio nacional es invaluable y merece una defensa firme. La construcción del Hito 1 con extensiones hacia territorio chileno es una clara infracción que requería una respuesta inmediata y contundente por parte del delegado presidencial y del gobernador regional.
Las autoridades magallánicas tienen la responsabilidad de actuar como guardianes de los intereses y derechos de sus territorios. Su inacción en este caso no sólo refleja una falta de compromiso con sus deberes, sino que también deja a los ciudadanos de Magallanes en una posición de vulnerabilidad. Es esencial que las jefaturas políticas regionales demuestren un liderazgo activo, trabajando en conjunto con el gobierno central para abordar y resolver este tipo de situaciones fronterizas.
Cabe recordar que, al contrario de la desidia de nuestras autoridades, el ex intendente y Premio Nacional de Historia, Mateo Martinic Beros, respondió rápidamente recordando que, en un caso similar, Chile había procedido a desmantelar de inmediato la construcción que se extendió en territorio argentino.
La diplomacia y la defensa del territorio no son resortes exclusivos de la Cancillería y el Ministerio de Defensa. Esta no es la primera vez que se observa que en asuntos de esta naturaleza las autoridades regionales enmudecen y no asumen una postura pública clara y demandante.
La falta de una respuesta adecuada puede tener varias repercusiones negativas. Primero, puede ser interpretada como un signo de debilidad, alentando posibles futuras infracciones. Segundo, puede deteriorar la confianza de los ciudadanos en sus autoridades, creando un sentimiento de abandono y desprotección. Y tercero, puede complicar las relaciones diplomáticas con Argentina, al no establecerse un precedente claro de defensa de la soberanía territorial.