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El mundo que viene (Parte I)

Por Jorge Abasolo Jueves 20 de Junio del 2024

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Hasta hace pocos años las discusiones conducían directamente al tema del poder en el mundo digital. La visión según la cual la mera desestabilización de las diferencias entre receptores y emisiones de mensajes masivos llevaría a relaciones digitales “libres de poder”, plenamente “horizontales”, es una visión simplista que se remonta a los orígenes  poshippies o neohippies de Internet.

Con mucho, semejante revolución comunicacional habilita y expande nuevas formas de resistencia. Aunque también habilita lo contrario: nuevas formas de dominio.

El sociólogo francés Michel Foucault continúa siendo un referente importante a partir del cual pensar el poder. Sus análisis se dirigen especialmente a los mecanismos de poder de la modernidad industrial en lo que estos tienen de novedosos respecto a un pasado premoderno, aunque es posible considerar que esos mecanismos modernos identificados por Foucault son parte, ahora, de un pasado en virtud del cual se puede aprehender qué es lo que caracteriza al poder en la posmodernidad. En otras palabras, Foucault disecciona el poder de la sociedad industrial moderna, pero no ve venir otros mecanismos que ya se están forjando y naciendo en estos  omentos. Desde ese punto de vista, Foucault ha quedado obsoleto, bastante demodé …pues en la actualidad el poder se ejerce de una forma más abstrusa, compleja  y engorrosa.

Verbi gracia: cuando el poder puede gestionar el conocimiento de las más finas diferencias, y mantenerlas todas bajo su rígida visión, incorpora la diferencia, incorpora la diversidad, en su entero favor, y las explota…las hace útiles a sus propósitos.

Las nuevas tecnologías de poder trascienden en mucho las limitaciones del territorio estatal. Además, trascienden el dominio del cuerpo y se ensañan ahora  con la mente, con los procesos psicológicos conscientes e inconscientes. En otras palabras, más que estadísticas demográficas, se producen ahora psicometrías. En tal caso, el panóptico 2.0 nos dejaría en la era de la psicopolítica digital global.

En esta jerga tan propia del siglo XXI aclaremos que panóptico viene de la raíz griega “verlo todo” (pan- opticón), y como su propio nombre indica, se basaba en una construcción circular opaca por su cara exterior y transparente por su zona interior, de forma que, colocando una torre de vigilancia en medio, se podría vigilar a todos los presos a la vez con un mínimo. Hoy el término se ha ampliado mucho más, y fue lo que no alcanzó a prever Foucault.

La modernidad es el tiempo del biopoder, que se expresa tanto como disciplina -a nivel individual- cuanto como biopolítica- a nivel poblacional. Operando en distintos niveles, ambas formas de poder tienen en común su ejercicio sobre los cuerpos. El cuerpo es el que se endereza, el que se controla en sus desempeños, el que se ajusta a  movimientos y gestos predeterminados, a tiempos cronometrados y lugares preestablecidos. Por ello, el cuerpo es el que se disciplina.

Por otro lado, a nivel biopolítico, los cuerpos son los que revelan en términos agregados e estado de las variables demográficas de los Estados, y por lo tanto es sobre ellos los que la biopolítica ejerce su dominio último.

En sinopsis, podemos inferir que Internet es una herramienta de registro antes que de comunicación.

Justamente de este tema me ocuparé en otra columna, pues el espacio físico se agota.

Hasta la próxima.

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