Telegram, una aplicación explosiva

Dos años y medio después de la invasión y en medio de una sorprendente ofensiva del régimen ucraniano, la batalla decisiva del conflicto podría estar desarrollándose, a la distancia, en tribunales franceses. El arresto de Pavel Durov, fundador y jefe ejecutivo de Telegram, podría definir en forma inesperada el resultado del conflicto.  Las fuerzas armadas rusas dependen de esta aplicación de mensajería para sus comunicaciones estratégicas. La razón, que explica tanto la detención de Durov en Francia como su efectividad en la guerra es el indescifrable sistema de encriptación de Telegram. Según las autoridades francesas, esta propiedad hace que la aplicación sea utilizada no solo por ciudadanos comunes y corrientes sino por delincuentes y terroristas.

En las últimas tres semanas Rusia ha tratado de desalojar a las fuerzas ucranianas de la región de Kursk. Es la primera vez que sus tropas pelean en su propio territorio desde la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia, el interés de Vladimir Putín, quien desestimó la capacidad de resistencia de Ucrania, se centró en encontrar una respuesta contundente. La posibilidad de que Durov entregue las vitales claves de Telegram lo ha obligado a empeñarse a fondo.

La tenacidad de los ucranianos, más el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea, frustraron los planes iniciales de Moscú. Los herederos del victorioso Ejército Rojo no han mostrado entusiasmo y descubrieron de la peor manera que su proclamada superioridad no bastaba para ganar la guerra. Tuvieron, eso sí, la ventaja de que hasta ahora Estados Unidos ha restringido el uso de sus misiles balísticos de largo alcance que Ucrania quiere apuntar a objetivos militares dentro de Rusia. Por ahora, sin el poder de estas armas, ha logrado infligir serios daños, especialmente depósitos de petróleo, También se ha denunciado el peligro que representan tres centrales nucleares ucranianas en el campo de batalla o sus cercanías en la región de Rostov

Después de lanzar la invasión en 2022, Putin anexó las regiones ucranianas de Donetsk, Luhansk, Zaporiya y Jerson. Desde entonces, su máxima prioridad ha sido lograr el control total. En junio declaró que Kiev debe retirarse de esas regiones como condición para las conversaciones de paz. Obviamente tampoco quiere que las armas se usen para atacar en territorio ruso. Algunos analistas en Washington coinciden en que Putin tomaría un ataque ucraniano con un misil balístico de largo alcance de origen estadounidense como un ataque del propio Estados Unidos.

No hay que olvidar que, contra este telón de fondo, está Pavel Durov. Ha sido imputado por doce delitos, entre ellos el “blanqueo de delitos o delitos cometidos por una banda organizada”.  Fue puesto en libertad vigilada, lo que le impide salir de Francia. Pagó una fianza de cinco millones de euros luego de pasar cuatro días detenido en París. Se le investiga por presuntos delitos de fraude, tráfico de drogas, difusión de contenido pedófilo y delincuencia organizada, entre otros cargos, y por no colaborar con las autoridades frenar el uso delictivo de la aplicación.

Putin nunca pensó en algo así cuando decidió invadir Ucrania.