“Las horas más felices de mi amor fueron contigo…”. La historia del “Trío Los Panchos” (2).
Comienzan las colaboraciones
En la década de 1960, comienzan las colaboraciones de “Los Panchos” con Eydie Gormé, cantante melódica estadounidense, cuyo mayor impacto solista fue “Échale la culpa al bossa nova”. La Gormé grababa en español y ello facilitó el encuentro y en 1964 lanzan “Amor”, con composiciones como: “Piel Canela”, “Nosotros”, “Cuando vuelva a tu lado” o “Y…” (“…y qué hiciste del amor que me juraste y qué has hecho de los besos que te dí …”). En 1966 registran un álbum de canciones navideñas y en 1970 vendría “Cuatro vidas”, larga duración que incluye, entre otras: “Flores negras”, “No te vayas sin mi” y la que da título al trabajo. En principio, estas grabaciones no fueron del gusto de los puristas del bolero, por el acento de la solista, sin embargo, al paso de los años se han transformado en clásicos del género. Por la misma época vendrían las colaboraciones con Estela Raval y también con Gigliola Cinquetti, llevadas al disco Long Play. Hay que considerar, por último, un larga duración con Javier Solís, que según algunos conocedores del tema se trataría sólo de un trabajo de estudio, en el que las voces y guitarras del conjunto se acoplaron con interpretaciones de Solís previamente registradas.
Igualmente son destacables las recopilaciones que “Los Panchos” hicieran de grandes autores, dedicando un álbum a cada uno de ellos: Álvaro Carrillo, Armando Manzanero y Agustín Lara.
De los `70 en adelante
En 1971 Cáceres es reemplazado por Ovidio Hernández, quien fallece a consecuencia de una meningitis contraida en una gira por Sudamérica en 1976. A partir de ese año la primera voz del conjunto corresponde a Rafael Basurto. Un hito importante se produce en 1982, en pleno reinado de la onda “Disco” arrasan junto a María Martha Serra-Lima en una grabación conjunta que fue récord de ventas (“Algo contigo”, “Voy a perder la cabeza por tu amor”, Los amantes” y otros). Aprovechemos de recordar que, María Martha Serra Lima vino a Punta Arenas en lo más alto de su fama, cuando impactaba con “Como toda mujer” y “Parece; actuó en la recordada Fuente de Soda “Garogha” de la calle Bories.
Luego del retiro de Gil, dos de los hijos de Chucho Navarro se integran al grupo junto a Gabriel Vargas, será entonces un cuarteto. Es importante también mencionar los tres álbumes grabados con José Luis Rodríguez (1997, 1999 y 2001). Al analizar la información contenida en ellos, se menciona que contaron con la asesoría de Alfredo Gil y se le agradece a éste, a Chucho Navarro y a voces acompañantes. El último registro en colaboración data de 2001 junto a la española Mari Trini. El grupo sigue vigente con la dirección de Gabriel Vargas.
Hay que volver a los orígenes.
Desde sus inicios y hasta la fecha, “Los Panchos” han cautivado a una audiencia deseosa de sentimiento y sensualidad rítmica. Una audiencia que ve reflejada su propia existencia en las composiciones de connotados autores como: Roberto Cantoral, Agustín Lara, Armando Manzanero, Rafael Hernández o Alvaro Carrillo entre otros. De lo anterior dan cuenta los aproximadamente 250 álbumes grabados y las presentaciones en vivo por todo el mundo. A Chile llegaron por primera vez en 1951 actuando en el Teatro Baquedano de Santiago, posteriormente hubo otras visitas, en una de ellas, a mediados de los 60, prometieron grabar un álbum con canciones chilenas, ofrecimiento que nunca se concretó.
El gran mérito de “Los Panchos” reside en haber mantenido vivo el bolero en momentos en que las preferencias del público, y especialmente de la juventud viraron hacia otros ritmos. El viraje se inicia a fines de los `50 con la aparición del Rock and roll, el twist, y los fenómenos Presley y “The Beatles”. Posteriormente, diversas manifestaciones musicales dejaron relegado el bolero a un segundo plano. Sólo sus incondicionales, aquellos que se enamoraron o desengañaron con su ritmo cautivante, aquellos que “llevan en el alma cicatrices” le guardaron fidelidad y en ello mucho tienen que ver “Los Panchos”, pues nadie cantará “Sin ti” como lo hicieron ellos y nadie tocará esa introducción en requinto como lo hacía Alfredo “El Güero” Gil.