Club de Lego Keikruk: creatividad, tecnología e inclusión en Punta Arenas
Desde su creación en 2018, el Club de Lego Keikruk transformó la manera en que niños y jóvenes en Punta Arenas interactúan con la tecnología, fomentando el trabajo en equipo, la creatividad y el aprendizaje a través de la robótica educativa. Bajo la dirección de Guillermo Andrés Aguilar Barrientos, fonoaudiólogo, y Nicolás Silva, educador diferencial, este espacio único se ha convertido en un referente de inclusión y desarrollo personal.
El Club de Lego Keikruk nació en la Escuela Especial Santa Laura como un proyecto pequeño que trabajaba con niños de kínder. Su primer gran logro fue una muestra de robótica regional en 2018, donde el equipo, formado por seis estudiantes, presentó su trabajo con sets básicos de Lego. “Con mi colega Nicolás Silva, uno de los fundadores de este club, comenzamos a enriquecernos de la experiencia, y dijimos que era nuestro campo de trabajo, ya que ambos trabajamos en educación”, comentó Guillermo Aguilar.
En plena pandemia, durante 2020, el club adoptó el nombre “Keikruk”, una palabra en lengua tehuelche que significa “Cielo austral”.
Espacio terapéutico
Más que un simple taller de robótica, el club de Lego Keikruk es un espacio terapéutico que ha demostrado ser efectivo, especialmente para niños dentro del espectro autista y aquellos con necesidades educativas especiales. “La robótica educativa y la ‘Legoterapia’ son métodos innovadores que generan avances significativos en nuestros alumnos. Aquí encuentran un lugar seguro donde son entendidos y valorados”, explicó Aguilar.
El club está abierto a niños y jóvenes de 3 a 15 años, y la metodología se adapta a las necesidades de cada participante.
El año 2024 marcó un hito importante para el club al ganar el campeonato regional de robótica, lo que les permitió representar a Punta Arenas en la competencia nacional en Santiago. “Fue nuestra primera experiencia nacional, y aprendimos mucho. Este año queremos ir más lejos: participaremos con dos equipos, duplicando nuestro esfuerzo y dedicación”, comentó Aguilar.
Actualmente, el club opera en un espacio prestado por la Guardería Rincón Mágico, ubicada en calle Rebeca Aguilar Nº78. Este lugar se ha convertido en su “casa”, donde se realizan las sesiones semanales que duran entre una hora y una hora y media.
El club cuenta con cerca de 40 alumnos, y para participar tiene un costo mensual de 60.000 pesos, monto que cubre las cuatro sesiones semanales. “Los sets de robótica son costosos, y hemos tenido que realizar inversiones de manera autónoma para renovar el equipo y mantener el nivel del club. El año pasado gastamos más de 10 millones de pesos en nuevas herramientas”, detalló Aguilar.
Las competencias con legos son actividades en las que los participantes construyen estructuras con legos y trabajan en equipo para resolver problemas. En este programa, los participantes exploran un tema del mundo real y desarrollan habilidades de programación, investigación, creatividad, trabajo en equipo, innovación y comunicación.
Para quienes deseen conocer más sobre el club o inscribir a sus hijos, el contacto se realiza a través de la cuenta oficial de Instagram del club.