Así era el bastión atómico destruido por los norteamericanos
Enterrada a más de 80 metros bajo una montaña cerca de Qom y protegida por misiles rusos S-300, la planta nuclear de Fordow era considerada el núcleo más inaccesible del programa atómico iraní. Diseñada como fortaleza subterránea y símbolo de resistencia, su existencia fue revelada recién en 2009, desatando críticas internacionales. Durante años, fue catalogada como impenetrable sin el uso de armas especiales.
El sábado, EE.UU. ejecutó un bombardeo sobre Fordow, junto a las instalaciones de Natanz e Isfahan. Según Donald Trump, “una carga completa de bombas fue lanzada sobre el sitio principal”, en una operación que habría involucrado el uso de bombas GBU-57, capaces de penetrar estructuras a gran profundidad, lanzadas desde bombarderos B-2.
Bajo el acuerdo nuclear de 2015, Irán se comprometió a reconvertir Fordow en un centro de investigación. Sin embargo, tras la retirada de EE.UU. del pacto en 2018, el sitio volvió a operar, enriqueciendo uranio hasta el 60 %. Según expertos, con el material almacenado, Irán podría haber producido uranio suficiente para fabricar hasta nueve armas nucleares en solo semanas.
Más allá de su capacidad técnica, Fordow fue diseñada como fortaleza: túneles, búnkeres, atmósfera sellada y resguardo militar permanente. Incluso con ataques previos, sus estructuras resistieron.
Con información de Infobae