Salud mental
Mañana sábado 10 de octubre, se conmemorará el Día Mundial de la Salud Mental, establecido para recordar la importancia que tiene el cuidado de nuestra salud psíquica.
Quizás más que en otros años, este recordatorio cobra mayor relevancia dado el contexto pandémico en el cual hemos estado enfrentando por más de siete meses.
El tiempo vivido ha sido muy estresante y ha estado cruzado por angustias y temores propios de una crisis sanitaria tan compleja que está teniendo un fuerte impacto no sólo en la salud de la población, sino en la economía.
El aislamiento social prolongado -que para muchas personas se ha transformado en un encierro entre cuatro paredes- ha añadido un factor de tensión emocional, inestabilidad y cansancio. Uno de los efectos inmediatos de esto ha sido el aumento de los desacuerdos de pareceres al interior de los hogares y el incremento de la violencia intrafamiliar.
Además de las mujeres en general, ha habido diferentes componentes y grupos sociales sobre los cuales ha recaído una mayor carga emocional, como todo el personal de la salud, los estudiantes, los docentes y, por supuesto, las madres y padres.
La incertidumbre y la desestructuración que muchos enfrentan ha tenido un precio en la salud mental. El alza de atenciones psicológicas y de licencias médicas por trastornos mentales es una señal de aquello.
A nivel nacional, se registró un aumento del 20% de los llamados de personas que consultan por casos de violencia psicológica a policías, Fiscalías y Ministerio de la Mujer.
El gobierno y gran parte de los actores relevantes de nuestra sociedad han puesto el acento en la crisis sanitaria y económica que ha provocado el coronavirus, pero llegó el momento también de no despreciar el impacto de esta pandemia sobre nuestra salud mental. Ello amerita que también haya programas y líneas de acción para hacerse cargo en parte de este problema que es transversal.