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Mateo Martinic Beroš; la persona, el historiador. 3ª parte

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 31 de Octubre del 2021
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El domingo recién pasado, esbozamos la independencia con la cual el historiador Mateo Martinic ha desarrollado su trabajo. En primer término, nos referiremos a la -en algún momento- denominada “cuestión indígena”. Lo hacemos, por su importancia y además por el continuo, molesto y hasta mal intencionado mito en relación a que Martinic, no se preocupó de escribir sobre esta materia.

Al respecto, nos parecen concluyentes las expresiones del historiador en la introducción de la segunda parte (“Ocupación nacional y colonización (1841- 1905))” del tomo II de su Historia de la Región Magallánica, donde a modo de sub-título y en letras destacadas, señala: “Que trata del grandioso esfuerzo protagonizado por gentes venidas de tierras lejanas en procura de la ocupación permanente y de la explotación económica del territorio, y de sus consiguientes vicisitudes; también de su relación con los aborígenes y del triste destino de los mismos” (Martinic, “Historia de la Región Magallánica”, Tomo II, 2006, pag. 393).

“Triste destino de los mismos”, aludiendo a los aborígenes de nuestra región, nos dice Martinic al abordar precisamente la colonización, materia, esta última, que en el conjunto de su obra ocupa un lugar destacado y para la cual no escatima elogios, lo que no le impide repasar sus consecuencias negativas. En el capítulo VIII del texto ya referido, que lleva por título “Los indígenas: consecuencias del enfrentamiento cultural”, y específicamente en la sección 3, de éste, intitulada “El genocidio de los sélknam”, pag. 820, sentencia: “En conclusión puede atribuirse a la colonización ganadera el exterminio -en verdad un genocidio- por acción directa (muertes) y por acción indirecta (deportaciones) de la mayor parte de la población indígena existente en la Tierra del Fuego en 1893, colocándosela en camino de próxima extinción en pocos años”. 

El Premio Nacional de Historia en su obra resumen es concluyente y directo, no obstante, el tema lo trató por primera vez en el artículo “Panorama de la colonización en Tierra del Fuego entre 1881 y 1900” (Anales I. de la Patagonia, Vol IV, Nº1-3. Año 1973). El artículo dedica 28 de sus 70 páginas a ello en Tierra del Fuego. Este trabajo lo escribió Martinic en 1972 y salió a circulación a fines de 1973.

Este artículo es el primer trabajo historiográfico donde se habla derechamente de genocidio, el primero también que se respalda en documentos y cifras. Esto fue posible en parte, pues al momento de encontrarse investigando el tema, el historiador Armando Braun Menéndez, le ofrece el archivo de su padre Mauricio Braun (gerente y accionista de la ganadera Sociedad Explotadora Tierra del Fuego en el periodo estudiado) facilitándole el acceso a cerca de diez mil piezas del periodo 1885-1901 y libros de contabilidad de dos estancias.

El tema ha sido tratado en otros libros y artículos, en los cuales Martinic se refiere con absoluta claridad a conceptos tales como “genocidio” y “cazadores de indios”, incluso dando nombres.

Por otra parte, es el único historiador en Chile que ha dedicado un texto de 375 pgs. exclusivamente a estudiar los diversos aspectos de la cultura del pueblo Tehuelche; “Los Aónikenk, Historia y Cultura” (1995). Martinic no oculta su profunda admiración por este pueblo. Una de las manifestaciones prácticas de aquello es la toponimia que plasmó en distintos lugares durante su periodo como intendente. El mejor ejemplo es la actual comuna de Villa Tehuelches, otros casos son el poblado de Ci-Aike o el retén de Carabineros de Kon Aiken.

Reproducimos el colofón de la obra ya referida:

“Los Aónikenk no se han marchado para siempre. Todavía permanecen entre nosotros. Para comprobarlo, basta adentrarse en la estepa en cualquier día sereno del estío austral, estarse quieto algunos momentos, con la mente libre atenta a las sugerencias telúricas, hasta sentirse incorporado al ambiente.

De pronto, nos parecerá escuchar, primero como un rumor difuso y luego como algo más claro, las voces animadas en extraña lengua de los dueños ancestrales de la tierra o el galopar de sus cabalgaduras camino de una partida de caza; inclusive, aguzando la vista creeremos ver sus figuras recortadas en el horizonte, y entrada la noche los adivinaremos corriendo gozosos en el corral de las estrellas…En verdad, su espíritu alienta en la naturaleza: ellos no se han ido, no se irán jamás de su buena pampa”.

Continuará el próximo domingo.

Fuentes (todos textos de Mateo Martinic disponibles en la Biblioteca Digital Umag):

“Panorama de la colonización en Tierra del Fuego entre 1881 y 1900”. Anales I. de la Patagonia, Vol IV, Nº1-3 (1973).

“Los Aónikenk, Historia y Cultura” (1995).

“Historia de la Región Magallánica”, Tomo II (2006).

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