Martín Vargas todavía “pega duro”: “El periodismo capitalino ha sido vaca conmigo”
- La leyenda del boxeo chileno se encuentra en Magallanes para apoyar a su amigo candidato Luis Burgos. En su paso, habla de su pasado, del manejo de la federación chilena y de la visión que tiene del deporte de los puños años a nivel nacional y mundial.
Por Alejandro Salazar
En México la discusión está instalada hace mucho tiempo. ¿Es “Canelo” Alvarez o Julio César Chávez el mejor boxeador azteca de todos los tiempos? El propio Chávez respondió hace algunos días: “¿El mejor?, ni él ni yo. El mejor fue y seguirá siendo Miguel Canto”.
El nombre de Canto también está ligado al boxeo en Chile, y a la historia del peleador más grande que dio esta país, Martín Vargas. Ambos libraron dos verdaderas batallas por el título mundial, la primera en Mérida (México) y la segunda en Santiago. En la primera (septiembre de 1977) muchos no tuvieron dudas, el fallo localista fue decisivo en favor del entonces campeón Mosca.
Por estos días de paso en Magallanes, el propio Vargas recuerda aquella noche en el Parque Carta Clara. “Debí haber sido campeón. Yo le gané. Tengo una foto con el árbitro en la que me levanta la mano abajo del ring y luego me dice “chileno tú ganaste. Le pregunto ¿entonces porqué no me levantó la mano arriba?. Su respuesta fue “porque no estabas peleando en casa”.
Fue en el cuarto asalto donde Martín le abrió el pómulo izquierdo a su contrincante, punto de partida para un combate donde Canto en base a su juego de piernas y cintura evitó la ofensiva demoledora del chileno. Finalmente, y tras 15 asaltos, la decisión fue unánime a favor del mexicano. Vargas entre lágrimas diría antes de retornar al país y de cara a la revancha: “El título sólo se lo dejé prestado”.
“Siento que lo gané y hoy ese corte, profundo, hubiera obligado a detener la pelea en cualquier parte. No fue así”, señala hoy Vargas, quien no le quita mérito a su adversario. Muy por el contrario, lo califica de “Maestro” (era su apodo), lo señala como el más grande boxeador que enfrentó y ha visto, y del cual destaca su inteligencia, astucia y velocidad, virtudes más que suficientes para entender el porqué es parte del Salón de la Fama del Boxeo de todos los tiempos.
Hablar con Vargas claramente es más fácil que haberlo enfrentado en un cuadrilátero, aunque sus palabras golpean tan fuerte como sus puños y su lucidez, que es tanta como en los tiempos del “pega Martín pega”. El hombre es directo, sin medias tintas. No se queda en los recuerdos de su época de gloria, aunque disfruta compartiendo episodios que atesora orgulloso.
– ¿Cuál es hoy la verdad del boxeo en Chile?
– “Que es un desastre terrible, porque la Federación chilena tiene un desastre terrible. En algún momento quise postularme a la presidencia de la entidad para arreglar los problemas que uno los conoce, pero lamentablemente hay un grupo que maneja las cosas y no estaba dispuesto a tener que pegarle un combo a alguien. Tampoco hay plata, y aunque presentan proyectos por todos lados y los ganan, la pregunta es dónde queda esa plata”.
– ¿Y materia prima?
– “Siempre hay, pero lamentablemente los boxeadores no reciben apoyo y sin eso este deporte en Chile no tiene auge. Yo trabajo en el IND, en Maipú, donde vivo. Allí entrenó a personas de todas las edades y a los más chicos les digo, yo no quiero boxeadores, yo entreno deportistas, y eso porque con la mano muy en el corazón no me gusta que los chicos peleen. Sinceramente les digo que primero están los estudios y que segundo, tercero y cuarto, también están los estudios. El boxeo es una carrera corta y muy sacrificada”.
– ¿Mucho detractor de este deporte quizás?
– “No lo sé. Dicen que puedes quedar loco. Me lo dijeron a mí muchas veces y mi respuesta es que comencé en esto a los 9 años, que a los 14 dije que sería el mejor que todos, que peleé 22 años y que me acuerdo de todo. Pero también me han dicho que soy alcohólico y drogadicto”.
Una mala relación
– Su relación con el periodismo capitalino ha estado lejos de ser de las mejores…
– “Es que han sido vacas conmigo. Por eso les dije que no se atrevieran nunca a hacerme un homenaje, porque lo que les voy a gritar en la cara va a sonar del límite Chile-Perú hasta la Antártica. A ellos les dolió que nunca anduviera detrás de ellos, y era porque me dediqué siempre a entrenar, a estar tranquilo y a decir las cosas de frente. Entonces fueron vacas, pero vacas con mayúscula, inventando cosas como que andaba borracho, que dormía en la calle, que era drogadicto, y no reconocieron que yo entregué todo por mi país. Me infiltraba las manos para poder pelear, tengo 8 dedos quebrados, operadas las dos manos, tengo fierros, y seguía sólo para demostrarle a mi pueblo, a mi gente, que yo estaba capacitado para ser campeón del mundo. Me saqué la cresta, pero me pagaron con una moneda de dos caras. Sabe, me dolió mucho que no me consideraran deportista del milenio y no se valorara que el 77, 78 y 80 fui el número 1 del mundo”.
– ¿Siente que el boxeo hoy es diferente?
– “Hay más asociaciones y posibilidades para ser campeón. También hay más reglas por los accidentes que han pasado. Pero el boxeo sigue siendo un arte, de pegar y que no te peguen. Uno como deportista siempre va a querer eso, tratar de hacer las cosas mejor que el rival, y siento que yo las hice. Hubo peleas en que salí tal cual, donde ni siquiera me tocaron”.
– Ha visto pelear al boxeador de moda, el mexicano Saúl “Canelo” Alvarez?
– “Para lograr lo que él ha conseguido hay que ser grande. Tiene cualidades que cualquier boxeador quisiera tener. Es astuto, inteligente y tiene pegada”.
– En 2018 se estrenó una serie llamada “Martín, el hombre y la leyenda”, ¿qué le pareció?
– “Puedo asegurar que el 99 por ciento son puras mentiras. Yo hablé con el actor, entrené con él y aporté con algunas cosas, pero no pusieron nada de lo que dije. Más encima me quedaron debiendo plata”.
– ¿Que opinión tiene Martín Vargas de la política?
– “Es algo que nunca me ha gustado y por eso he rechazado propuestas para ir, por ejemplo, de concejal. Hoy estoy acá para apoyar a un amigo de muchos años, que es el candidato a diputado Luis Burgos, pero es por eso, porque es un buen amigo. Si a mí me dan a elegir entre ganar $100 millones en política o 500 lucas en el deporte, sepa que voy a elegir el deporte, porque para mí eso siempre va a estar primero”.