Centro Antártico Internacional
– Un país y una región que no invierten en ciencia, tecnología e innovación nunca lograrán progresar sustentablemente ni que su gente se desarrolle en forma integral.
Paso a paso sigue avanzando el proyecto de levantar, en terrenos que otrora albergaron a la Chipera, el Centro Antártico Internacional (Cai), obra ideada y anhelada por la comunidad científica desde hace años, pero que, por diversas razones, ha
sido postergada.
Arquitectónicamente, se trata de un complejo armónico de gran belleza, que contará con un edificio principal de casi 22 mil metros cuadrados, además de un área logística (458 m2), estacionamientos (977 m2) y obras exteriores de paisajismo y calzadas interiores de 9 mil 602 m2.
En una de las últimas reuniones del anterior Consejo Regional, hubo varios consejeros regionales que expresaron su aprensión respecto de esta obra, sobre todo aludiendo a la alta inversión pública que demandará (casi $70 mil millones) y contraponiendo esto a las crecientes demandas sociales en la región.
Resulta totalmente erróneo homologar al Cai con los requerimientos sociales de los magallánicos o esgrimir que serían proyectos que deberían competir entre sí. Primero, porque se trata de dos ámbitos diferentes que responden a necesidades que tiene la región, las cuales en ningún momento colisionan. Los recursos concebidos para construir el citado centro antártico nunca han estado ni estarán potencialmente disponibles para financiar la cartera social y viceversa. Provienen de partidas y fuentes distintas.
Magallanes, puerta de entrada a la Antártica, requiere contar con un centro de nivel mundial, entre otros fines, para albergar a la comunidad científica internacional, nacional y regional que usa nuestro territorio y, particularmente, la Antártica como laboratorios vivientes. Atraer a estos grupos, darles alojamiento y brindarles logística implicará una enorme entrada de divisas para la región. Lo mismo pasará cuando el Centro Antártico Internacional sea apreciado como un hito arquitectónico a visitar por turistas extranjeros y nacionales. Parte de todos estos ingresos podrán, luego, ser usados para financiar ayudas y programas sociales a favor de las familias más vulnerables, socioeconómicamente hablando.
Un país y una región que no invierten en ciencia, tecnología e innovación nunca lograrán progresar sustentablemente ni que su gente se desarrolle en forma integral.
Centro Antártico Internacional