Trajo los primeros burros como mascotas y se ha convertido en productor con las primeras pariciones

Si bien los burros son animales que habitan en el norte de Chile, específicamente en la Región de Tarapacá, en Magallanes comienzan a surgir las primeras introducciones de esta especie de equino para su crianza y reproducción.

Históricamente los burros, las mulas y los asnos han sido conocidos como animales de carga y tracción, formando parte importante de la vida cotidiana de zonas rurales a nivel planetario.

Ultimamente se ha conocido su uso como método de protección de ovinos y bovinos.

Frente al constante peligro que representan los perros salvajes o “asilvestrados” en la Patagonia, propietarios de estancias en el norte de la provincia de Tierra del Fuego, Argentina, pusieron en marcha un plan piloto con burros como protectores del ganado ovino, que demostraron ser efectivos en tareas similares al norte de este país y en zonas cercanas a la cordillera.

Los burros y mulas, por naturaleza, son agresivos hacia depredadores. Realizan veloces persecuciones, reaccionan con patadas y mordiscos y rebuznan con tanta intensidad, que incluso pueden llegar a alertar al ganadero sobre la presencia del depredador. A diferencia de los perros, los burros no asustan a las ovejas, sino que establecen un importante vínculo con ellas.

Son animales vitales, fuertes, de gran talla y extremidades robustas.

Una reciente encuesta realizada a 200 productores de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Sante Fe, permitió establecer que un 30% de planteros ha procedido a introducir burros, siendo su uso eficaz contra los ataques de pumas.

Punta Arenas

Hace cerca de dos años el transportista magallánico Iván González Díaz, durante su paso por la ciudad de Puerto Montt, adquirió una pareja de burros para su uso como mascota, sabiendo que son animales cariñosos y tienden a ser suaves y protectores cerca de los niños. “Se presentó la oportunidad de comprarlos nomás, digamos que fue por curiosidad”, admite.

Si bien estos animales sienten predilección por el clima cálido, González admite que “se han adaptado súper bien al riguroso clima magallánico”.

Está plenamente informado que en otras zonas el burro ha dado resultado como protector del ganado. Y, ahora como propietario nos comenta su experiencia: “Son muy bravos, sobre todo cuando en su hábitat se enfrentan a jaurías de perros, los persiguen y los muerden. Pero como mascotas son súper amigables y dóciles”.

Si bien sólo trajo una pareja, el proceso de reproducción permitió elevar el número de ejemplares a cinco. A la fecha tiene cuatro y se avecina la parición de tres hembras, crías las que pondrá en venta a precio costo una vez destetadas. Este sábado ya tuvo lugar el primer nacimiento.

Sobre nuevas introducciones de otros ejemplares en la zona, el transportista conoce el caso de un ganadero que recientemente internó una rampla con una tropilla importante de burros para su uso como guardián de ovejas y vacunos.

Asimismo, está la idea a nivel local, de fomentar la cruza entre un burro y una yegua, de la cual surge la mula, para su introducción en Torres del Paine, como animal de carga.

La presencia de sus burros en una parcela del Loteo Vrsalovic, a unos 400 metros al poniente de la ruta hacia el aeropuerto, han constituido toda una atracción para las familias magallánicas los fines de semana. “Ha sido toda una novedad. Hasta acá han llegado padres con sus hijos porque se ha corrido la voz. Y luego los cabros chicos no se quieren ir”, complementa riendo.

En la despedida Iván González aporta un valioso antecedente, al sostener que la leche de burra tiene beneficios y propiedades únicas, pues es adecuada para los bebés con alergia severa a la proteína de leche de vaca y bebés con problemas digestivos. En Bolivia es la bebida apreciada para combatir enfermedades respiratorias como resfriados, asma, bronquitis y neumonía.