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La restitución de un antepasado selk’nam que no se ha podido concretar: el cráneo de Hoshkó en el museo de Lübeck

Martes 3 de Septiembre del 2024

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Lucas Ulloa Intveen

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Desde hace dos años que existen gestiones en curso entre autoridades alemanas y la fundación Hach Saye para repatriar los restos óseos de un antepasado selk’nam, proveniente de la isla de Tierra del Fuego. Se trata de un cráneo humano que actualmente yace en el Museo de la Naturaleza y Medio Ambiente de Lübeck, en Alemania, cuyo director se puso directamente en contacto con la Comunidad Selk’nam Covadonga Ona para informarles de que en su colección sobre la etnia contaban con dicho material, a modo de comenzar un proceso de devolución que hasta el día de hoy no ha concluido.

El doctor en etnología, Lars Frühsorge, director del Museo de Lübeck, les informó a la comunidad de que según sus análisis se trataría de un resto que se remonta a 1916, encontrado en una caja con la leyenda “Tierra del Fuego”. Luego de un intercambio de emails, una delegación de la comunidad
selk’nam fue invitada por el museo a la ciudad de Lübeck. En dicha ocasión conocieron la calavera y fue bautizada como “Hoshkó”, que en lengua nativa significa “frentón”.

El 31 de julio tuvieron audiencia como comunidad en la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios de la Cámara de Diputados, con el objetivo de conocer las acciones de repatriación y restitución del ancestro selk’nam. Días después hubo una segunda reunión con Cancillería, quienes lideran el proceso, la cual tuvo horas de duración y participaron distintos organismos relacionados con la materia, como la dirección de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública (Dirac). “Luego esto tomó un giro de silencio, porque no puedo decir que nos hayan dicho que no, pero tampoco que sí”, cuenta Hema’ny Molina, presidenta de la Comunidad Selk’nam Covadonga Ona y directora de la Fundación Hachsaye.

Hallazgo arqueológico
o resto humano

“No estamos solicitando una restitución arqueológica, sino que se traigan los restos de un ancestro y ciudadano chileno que fue maltratado, maltraído, víctima del genocidio de Tierra del Fuego y que más encima fue violentada su sepultura en las cercanías de Porvenir. Todo esto con estudios en mano del Museo de Lübeck. Hay que destacar el hecho de que el cráneo fue robado y llevado a Alemania”, relata Molina.

Y justamente el tratamiento que se le va a dar a los restos es un punto que ha entorpecido el proceso. Según comenta Hema’ny Molina, en la reunión con Cancillería se mencionó de que por ley los hallazgos arqueológicos pertenecen a Chile, lo que sorprendió a la comunidad. “Les dijimos que no es un hallazgo arqueológico. Entonces no quieren darle el trato de un resto humano. Y eso me parece gravísimo, porque es impresentable que el Estado chileno siga pretendiendo que los muertos del genocidio selk’nam sigan siendo trofeos para el Estado. No puede ser”, sentencia Molina.

Desde Cancillería indicaron a La Prensa Austral que la Dirac y su embajador, Rodrigo Hume, han realizado un análisis de la situación y de las competencias, concluyendo que “la solicitud debe ser abordada de manera conjunta con otras reparticiones del Estado con competencias y experiencia en procesos de esta naturaleza, para lo cual este Ministerio se dirigió a la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, a objeto de precisar el curso de acción”.

El asesor legal de la comunidad, Ariel León Bacián, explica que “nosotros esperamos el tiempo prudente. Ahora tenemos dos opciones: o Chile lo retorna, acepta el retorno para que el hermano pueda se reenterrado, de acuerdo a la cultura y cosmovisión de su pueblo. O lo enterramos provisionalmente en Alemania, hasta que se reúnan las condiciones para que tenga un descanso justo y digno”.

Por otro lado, León Bacián explica que el propio embajador Hume reconoció en la Cámara de Diputados que conocían de esta situación desde febrero de este año y que Cancillería está desconociendo sus funciones. “Ellos coordinan, no pueden excusarse. Todas las repatriaciones son coordinadas por ellos porque la Cancillería es la que establece las relaciones con otros países extranjeros. Hay un profundo desconocimiento en Cancillería de su propio proceso, porque no es la primera vez que hay repatriación”.

Osamentas en bodegas

Luego de haber realizado los primeros contactos con el Museo de Lübeck, además de conseguir los papeles de los alemanes donde firmaron su compromiso con el proceso de restitución, los trámites se detuvieron en el propio país. “Con todo el trámite listo, el Estado chileno, lejos de sumarse, está poniendo trabas y dicen que tienen que estudiarlos. Resulta que los museos y universidades de todo Chile están con bodegas atestadas de huesos y osamentas de pueblos originarios que no son sujetos de estudio porque no hay plata para hacer el estudio”, explica Molina.

“Eso nos dicen cuando preguntamos por qué siguen tantas osamentas de nuestros ancestros metidos como pedazos de huesos de carnicería en cajas de cartón mal tipificadas y más encima en las condiciones más denigrantes que pueden haber y a nosotros no se nos permite darle sepultura”, complementa.

Ejemplifica con casos de osamentas en el Instituto de la Patagonia o el Museo de Porvenir, que ambos casos han manifestado voluntad para entregar los restos, “pero la ley chilena pone trabas, porque dice que tienen que ser estudiados, pero para eso hay que tener dinero y ese dinero el Estado no lo pone”.

Finalmente es crítica respecto al actuar del Estado frente a estos casos, señalando que debiesen ser los primeros en promover la restitución y dar descanso a la víctima de un genocidio para el cual no hubo medidas de reparación. “La integración de nuestro pueblo a la mala ley Indígena es un saludo a la bandera para este Estado. A nosotros se nos sigue denigrando, se nos sigue negando, se nos siguen poniendo trabas y haciendo la vida imposible para rehabitar nuestro territorio”.

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