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“Aún tenemos Cueca” (3)

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 6 de Octubre del 2024

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Señalábamos que la “Cueca Chora” y la “Cueca Brava” se funden en la “Cueca Urbana”, a la cual también le “corre por el costado” la “Cueca Porteña”, de la ciudad igualmente, similar en forma y fondo, pero “Del Puerto” y eso la hace distinta.

Con el tiempo se han delineado diversos estilos de cueca, por zona geográfica, temática, estructura musical, interpretación, pero es quizás -así lo percibimos- la “Cueca Urbana” la corriente que más ha integrado a las otras, la que más ha contribuido a la continuidad de la danza y la que más han relevado las nuevas generaciones de músicos, al fin y al cabo, la que más representa el alma del “Roto Chileno”. 

 Entre los precursores del estilo encontramos a Roberto Parra, Hernán Núñez y Segundo Zamora. Roberto Parra (1921-1995) “El Tío Roberto”, hermano de Violeta, Hilda, Eduardo y Nicanor. Desempeñó diversos oficios conjuntamente con su veta musical. Fue cantor, autor y guitarrista, instrumento con el cual destacó en la corriente del “Jazz Guachaca”. Actuó en circos y boites; precisamente en la Boite “Río de Janeiro” a fines de la década de 1950 conocería a “La Negra Esther” artista del local y respecto de la cual escribiría en 1971 “Las Décimas de la Negra Esther”, trabajo que rescataría el actor magallánico Andrés Pérez en 1988, en formato de obra de teatro. La producción de Parra fue también rescatada por el grupo de rock nacional “Los Tres” que grabaron sus cuecas y temas de jazz y fox-trot. Entre las cuecas más conocidas de Roberto Parra encontramos “El chute Alberto”, “El afuerino”, “El 25 de Enero” o la inmortal “La vida que yo he pasado”: “Caramba, la vida, La vida que yo he pasado/ en el pue, en el puente de Mapocho/ caramba, haciendo, haciendo fuegos con huaipe/ y tapa, y tapado con gangochos. Los mejore’ amigos/ caramba, fueron los gatos/ le echaba pa’ las pulgas/ bicarbonato.

Hernán Raúl Núñez Oyarce (1914-2005). “El Nano” creció en los alrededores de la Estación Central, Barrio Franklin y la Vega Central en Santiago. Formado en el ambiente cuequero popular fundó el grupo “Los Chileneros” con quienes grabó discos. Sus composiciones también fueron registradas por artistas como. Los Huasos Quincheros, Dúo Rey-Silva, Los Perlas, Silvia Infantas y los Cóndores, Los Hermanos Campos, Los Hermanos Lagos con Las Consentidas, Segundo Zamora o Pedro Messone. Entre sus composiciones recordamos “Los barrios bravos”, “Los chileneros”, “Amor marinero”, “Contrabandista” o “La yuta”: “Ayer me encanó la yuta/ y me echaron a la piola, negra del alma/ y querían que cantara/ sin saber tocar la viola, negra del alma. Yo me cambié la chapa/ por si las moscas/ y pasé por el teatro/ no hubo ni rocha, negra del alma”. Valga la aclaración que, en los lenguajes de los bajos fondos, tanto en el “Coa” nacional, como en el “Lunfardo” argentino, “La Yuta” es la Policía.

Segundo Zamora Alfaro (1915-1968). Conocido como “El Guatón Zamora” nació en la oficina salitrera María Elena, trasladándose posteriormente a San Felipe y luego a Santiago. Integró diversos conjuntos y sus creaciones fueron grabadas por connotados artistas nacionales. Fue un prolífico autor en diversos géneros, siendo sus cuecas más famosas “Adiós, Santiago querido”, “Mándame a quitar la vida”, “El marinero” y “El cuerpo malo”. “Adiós Santiago Querido”, compuesta en 1948, se transformó en el himno no oficial de la capital chilena: “¡Adiós, calle San Pablo con Matucana, donde toman los guapos en damajuana! (si ayayay). ¡Adiós calle San Pablo con Matucana! (si ay…)/ En damajuana, si, Parque Cousiño, donde toman los huasos, también los niños. (Adiós, adiós)./ En la calle Bandera, alguien me espera”. Zamora fue también un activo dirigente del gremio de los músicos. Murió en Viña del Mar la madrugada del 19 de septiembre de 1968 cuando, en compañía de unos amigos después de actuar en Valparaíso, fueron a celebrar a un local de la Ciudad Jardín. Al ser reconocido por el público subió al escenario a cantar; al bajar sufrió un derrame cerebral que le ocasionó la muerte. 

Foto: Segundo Zamora Alfaro.

Continuará…

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