Penas de 10, 7 y 5 años de cárcel para narcotraficantes

• El líder, Cristián Alejandro Abarca Vega, apodado “Valpo” y Juan Carlos Aros Sánchez, alias “Forest”, pagarán su delito con cárcel efectiva. Una mujer, Darli Barría Forno, cumplirá con libertad vigilada intensiva.

El Tribunal Oral en lo Penal sentenció este viernes a los integrantes de una banda, integrada por dos hombres y una mujer, a cumplir penas ejemplificadoras por dedicarse al tráfico de drogas.

El líder, Cristián Alejandro Abarca Vega, quien llegó a Punta Arenas procedente de la Región de Valparaíso, apodado “Valpo”, fue condenado a 10 años de cárcel efectiva.

Su socio, Juan Carlos Aros Sánchez, alias “Forest”, quien provenía de la población Forestal, también de la misma región, fue sentenciado a 7 años de presidio efectivo. La tercera cómplice, Darli Araceli Barría Forno, fue condenada a 5 años de presidio. Pero le otorgaron el beneficio de la libertad vigilada intensiva, por el mismo periodo de extensión de la pena.

Cada uno de los condenados deberá cancelar una multa de 20 UTM ($1.372.940).

El trío fue llevado a juicio por el fiscal jefe del Sistema de Análisis Criminal y foco Investigativo (Sacfi), Felipe Aguirre Pallavicini, que lideró esta investigación.

Las pesquisas estuvieron a cargo de efectivos del OS-7 de Carabineros y partieron en marzo del año pasado, logrando establecer que la banda se dedicaba al tráfico y venta de droga vía “delivery”.

Luego de un largo tiempo consiguieron desbaratar y dejar al descubierto el “modus operandi” de los traficantes. El principal sospechoso y líder era Cristián Abarca Vega.

La captura de los delincuentes fue el 3 de octubre de 2024 y no estuvo exenta de peligros, dado que huyeron en un vehículo por diferentes calles hasta ser capturados. Además que utilizaban diversos vehículos, todos los cuales fueron incautados. La droga la ocultaban y acopiaban en una parcela donde tenían una de las casas en que vivían. Específicamente la signada con el número 153 del llamado Camino Enap, en prolongación Mardones.

El 2 de octubre los detenidos se pusieron de acuerdo para una transacción de droga. La mujer, Darli Baarría, pareja de uno de los sujetos, les facilitó un auto Kia Sportage, con el que se movilizaron a una calle cercana al mall.

A ese punto llegó otro auto de color blanco, de cuyo interior descendió un sujeto por una compra de cocaína.

Esto fue presenciado por los efectivos del OS-7, pero cuando quisieron detenerlos se dieron a la fuga. Primero retrocedieron peligrosamente y en algunos sectores de forma temeraria manejaron en contra del tránsito, con la finalidad de eludir la acción policial.

En medio de la persecución, Cristián Abarca le envió un mensaje urgente a su pareja, Darli, que estaba en la parcela, para que se deshiciera de la droga y el dinero. Le pidió de forma urgente que ocultara todo porque la policía estaba tras sus pasos.

Cuando ella salía raudamente de la parcela en auto, Carabineros la detuvo y encontró más de 2 millones de pesos en dinero efectivo y parte de la droga, tres bolsas con casi un kilo de cocaína y dos con marihuana, 350 gramos. Según el OS-7 esto alcanzaba para mil dosis de clorhidrato de cocaína, avaluada en 20 millones de pesos; y las 349 dosis de marihuana elaborada avaluadas en 5 millones 300 mil pesos.

Sentencia

Los jueces Guillermo Cádiz, Jaime Alvarez y José Flores dieron por establecido en la sentencia que los hechos llevados a juicio por la Fiscalía, “configuran un delito de tráfico ilícito de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas, en grado de consumado”. Ya que el trío no sólo estaba dedicado a proveer a terceras personas, mediante ventas de una multiplicidad de sustancias, como clorhidrato de cocaína, cocaína base, cannabis sativa y MDMA o Extasis, “sino que para ello se valían de conformar una agrupación delictual o reunión de delincuentes, lo que les facilitaba el tráfico de sustancias ilícitas, en referencia, lo que aumenta su responsabilidad penal”.

De esta manera desestimaron las pretensiones de las defensas, de que esto era un delito de microtráfico.