Furor por la venta de asado de cordero en la costanera

Había anunciado que ni el clima le impediría cumplir su misión y, finalmente, aunque hubo momentos de mucho viento y riesgo de lluvia, Bernardo Pincol se instaló en un sector del pasaje Körner, cercano al restaurante Sotito’s, donde trabaja, para preparar suculentos asados de cordero. Muy temprano encendió el fuego y, en un par de horas, ya se percibía en el ambiente el aroma sabroso que comenzó a atraer a los comensales.

La agrupación logró recaudar más de $6 millones en esta venta.

Al mediodía, la fila era notable desde varios sectores. Nadie quería perder la oportunidad de almorzar un suculento plato de asado con papas y pebre, a un precio de 12 mil pesos. Y eso que se pusieron a asar cuarenta corderos.

“Hace 16 años que vivo acá y no me he perdido ninguna jornada con el salmón y ahora con el asado patagónico”, señaló Claudia Meza, quien hizo una larga fila para alcanzar un cordero asado por Picol. “Estuvo exquisito y dan ganas de colaborar”, cerró Meza.

Pasadas las 15 horas se vendieron las últimas porciones, y Pincol, el maestro parrillero, había dedicado tanta energía a su misión que se disculpó antes de entregar algunas declaraciones. “Estuvo medio pesadito, pero lo sacamos adelante, vendimos todo lo que pudimos y parece que mucha gente quedó sin cordero. Quedamos súper cansados”, comentó Pincol, antes de iniciar su merecido descanso tras una ardua jornada junto a las brasas.