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Tenía 67 años de edad

Fallece Martín González Calderón, artesano descendiente de la etnia yagán

Martes 20 de Octubre del 2020

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Nació en la isla de Tierra del Fuego, en Harberton y vivía en bahía Katushwea para los yaganes, cerca de la bahía Mejillones.

En horas de la noche del domingo se informó del fallecimiento del vecino de Puerto Williams e integrante de la Comunidad Indígena Yagán Bahía Mejillones, Martín González Calderón. Fue reconocido por su testimonio de la cultura de sus ancestros mediante la navegación, carpintería de ribera y artesanía.

“Yo soy Martín González, descendiente del pueblo yagán, soy artesano. Nací en la isla de Tierra del Fuego, en Harberton y estoy en bahía Katushwea para los yaganes, cerca de la bahía Mejillones. Mi padre se llamaba José González Acuña y mi mamá Ursula Calderón, muy conocida por ser netamente yagán”, se presentaba González en el documental “Tánana” (‘estar listo para zarpar’ en lengua yagán) y que se puede encontrar en Youtube. En ese registro audiovisual relató que su padre le enseñó a navegar, orientación, distinguir maderas, conocer el clima y que, gracias a esos conocimientos, pudo trabajar como artesano. Muestra, además, su deseo de volver al sector en que vivió y que fue conocido como “Falso cabo de Hornos”, donde pasó su infancia y adolescencia.

El gobernador de la provincia Antártica, Nelson Cárcamo, expresó que el descendiente yagán “ha emprendido su último viaje, ese que siempre soñaba poder realizar en algún momento con sus canoas, esas que muchas veces fabricó a orillas del Beagle. Martín ha partido después de una larga y penosa enfermedad. Fue un miembro connotado dentro de la comunidad yagán y a la cual sus hermanos ancestrales rinden el mejor de los tributos. Fue uno de los pocos maestros de ribera que estaba quedando, se fue su arte, su imagen, su figura, pero seguramente quedará en el recuerdo a través de los tantos tallados que hizo, de tantos trabajos artesanales que desparramó no solamente por la isla, sino por Chile, Argentina y otras latitudes del mundo”, comunicó la autoridad.

Su fallecimiento también fue sentido con especial dolor en el Instituto Antártico Chileno, ya que Martín González Calderón estuvo muy presente en el bautizo de la lancha RS Karpuj, en diciembre de 2015. En aquella ocasión, junto a su esposa Felicia González, dieron su bendición a la embarcación, a través de un baile en que simularon el vuelo de un albatros de ceja negra, precisamente Karpuj en lengua yagán. En esa oportunidad declaró al Inach que “fue la primera vez que hago algo como esto. Al principio estaba muy nervioso y no pensaba que la gente iba participar de lo que tenía planeado, pero al final logré el objetivo que era que todos participaran de la bendición y resultó muy bien”.

Quien también lo conoció de cerca fue el diseñador gráfico del Inach Pablo Ruiz, quien recordó que “tuve la oportunidad de conocerlo un poco en una actividad para dar a conocer su cultura en un colegio de la región. En esa ocasión fuimos a recolectar junquillo en San Juan, junto con Felicia. Martín es una persona que te inspira un respeto enorme, te deja sin palabras el conocer sus vivencias y al igual que la historia indígena regional, no tienes mucho que decir frente a tanta injusticia, más que sentirte incómodo por saber del pasado”, recordó.

“Me di cuenta que detrás de ese gigante había una persona en exceso amable, con un gran espíritu, y con ganas de compartir sus saberes. Mientras recolectábamos junquillo, me contó algunas historias; que tenía una canoa de madera que no podía navegar ni salir porque tenía que pedir permiso a la marina, así que a veces salía escondido y que estaba haciendo un documental. Sólo podía pensar que, a pesar de toda la oscura historia pasada, aún debía seguir aguantando, ajustándose a otra cultura”, reflexionó Ruiz sobre su encuentro con Martín González Calderón, un hombre callado, con la mirada triste que vaticinaba que, tras su adiós, se iba a ir muriendo la historia de sus ancestros.