Presidente interino de Perú dimitió luego de tres días de crisis y manifestaciones
Los jóvenes que han participado masivamente en las movilizaciones repudian a los parlamentarios y consideran la destitución de Vizcarra como una maniobra para una repartija de cargos y la ruptura de la independencia de poderes.
El Presidente interino de Perú, Manuel Merino, que asumió el cargo el pasado martes tras la destitución de Martín Vizcarra el lunes dimitió ayer. Merino anunció su renuncia poco después de que el Congreso le diera un ultimátum. Si no dejaba el cargo, en seis horas convocaría una sesión para destituirlo.
La retirada de Merino se produjo tras una semana de fuertes protestas en las calles, dos manifestantes muertos, 68 heridos y las dimisiones de dos tercios del gabinete la noche del sábado.
“En este momento en que el país atraviesa una de las más grandes crisis políticas, presento mi renuncia al cargo de Presidente de la República”, declaró en un mensaje televisado a la nación. Nada más terminar, comenzaron cacerolazos y bocinazos en Lima.
“Sé que muchos peruanos y peruanas están hastiados de la clase política. Pero son los ciudadanos los únicos que pueden elegir a sus autoridades. Creo en la lucha frontal contra la corrupción. Los corruptos no pueden representarnos. La legítima protesta donde hay jóvenes tiene también grupos interesados en producir caos”, proclamó el político en su discurso televisado desde el palacio de gobierno, en Lima.
Añadió que “soy un demócrata, este es un gobierno de transición. Nada puede impedir que las elecciones se realicen el 11 de abril”.
Crisis política
La crisis política se agravó notablemente el sábado cuando dos manifestantes veinteañeros murieron y decenas resultaron heridos víctimas de la represión policial contra quienes protestaban pacíficamente en el centro de Lima contra el gobierno de Merino, quien es el segundo Mandatario que cae del poder en menos de una semana.
El detonante de la maniobra para relevar a Martín Vizcarra fue una acusación de la Fiscalía por corrupción. Su salida a principios de esta semana para ser sustituido interinamente por Merino fue una maniobra aprobada por el Congreso, pero considerada ilegítima por la sociedad civil y que no tuvo el beneplácito de buena parte de la comunidad internacional.
Inmediatamente desató una ola de movilizaciones que dura ya una semana. Al menos 13 de los 18 ministros del gobierno de Merino habían dimitido a lo largo de la noche del sábado al domingo.
La junta de portavoces del Parlamento dio el ultimátum a Merino presionado por la indignación generalizada ante la brutal represión policial la noche del sábado contra decenas de miles de jóvenes que se volcaron al centro de Lima en paz insistiendo en la renuncia de Merino.
Las bancadas parlamentarias negociarán en las próximas horas quién asume como nuevo Presidente transitorio. El País