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El glorioso Naval de Talcahuano

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 28 de Marzo del 2021

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El Club Deportivo Naval se fundó en Talcahuano el 21 de mayo de 1944 para representar a la Armada en los campeonatos regionales del sur de Chile. Su primer presidente fue el Capitán de Corbeta Leonardo Reimann Galdames. Su reducto fue desde los inicios el estadio “El Morro Ramón Unzaga Asia” (en honor al deportista vasco nacionalizado que -según algunas versiones- hizo una “chilena” por primera vez en la historia, precisamente en esa cancha en 1914). La jugada fue bautizada como “chorera”, en alusión al club “Escuela Chorera” en el cual militaba Unzaga, posteriormente la prensa argentina la denominó “chilena” al verla en los campeonatos sudamericanos cuando el delantero integraba la selección de nuestro país.

En 1952 y como un reconocimiento a sus impecables campañas, Naval fue nominado para representar a Chile en los Juegos Olímpicos de Helsinki; siendo, hasta la fecha, el único club nacional que ha tenido ese honor. Otro hito en su historia lo constituye el partido contra Santos de Brasil con Pelé incluido, en el cual perdieron 5-0. A pesar de la derrota, la hinchada navalina y el pueblo de Talcahuano no olvidan a Pelé, quien hizo gala de caballerosidad y simpatía en el Puerto.

Naval se incorporó a la entonces segunda división del fútbol profesional en 1968, para ascender a la división de honor en 1972, en la que se mantuvo hasta 1990, con la excepción de 1971, 1977 y 1978.

Sus mejores temporadas en la división de honor las tuvo en la década de 1980. Fue en esos años de estudiante universitario, cuando acompañaba al estadio a mi tío Darwin Muñoz Lagos (uno de los hermanos de mi padre, el menor). Mi tío era fanático del Naval, trabajaba en Asmar y como integrante de la Armada era -por definición- socio del club y le descontaban la cuota por planilla. En “El Morro” siempre se encontraba con algún “carreta” o “contingente”: “¿ganamos hoy?”, la respuesta (en jerga marinera) no se hacía esperar; “afirmativa”. En esos tiempos un grupo de músicos – la mayoría jubilados de la Armada- animaban los partidos y entre sus interpretaciones destacaba “In the Navy” del conjunto Village People, con la tribuna coreando el estribillo y remplazando el “In-the-Navy” por “Na-va-li-to”. Pero la banda no era el único rasgo distintivo del club; los de la barra llevaban un cañón que instalaban al borde de la cancha y lo hacían detonar cada vez que el equipo marcaba un gol. La hincha más famosa del club fue la “Ana del Naval” (Ana Ortiz) una mujer que alcanzó categoría de personaje popular del puerto, creadora del grito de guerra “¡Ya, Naval!”. La Armada le cedió una casa contigua al estadio y ella acompañaba al equipo a todas partes; se cuenta que una de sus más grandes decepciones fue cuando no la llevaron en una de las giras internacionales.

El goleador histórico en la era profesional de Naval es Ricardo “Bruja” Flores, en tanto el fallecido Oscar “Jurel” Herrera es el máximo referente del equipo (fue seleccionado nacional). Otros jugadores de renombre fueron: Jorge “Mortero” Aravena, Julio Crisosto, Marcelo Pacheco, Oscar Arriaza, Arturo Jáuregui, Juan “Candonga” Carreño y Oscar Lee Chong. Entre sus arqueros se destacan Manuel “Candado” Roa (etapa amateur), Manuel “Loco” Araya, Marcelo “Rambo” Ramírez y Alfredo Petinelli (tío del músico Alvaro Henríquez). De sus entrenadores más connotados se puede citar entre otros a: Sergio Navarro, Isaac Carrasco (que fue jugador del club en la década de 1950), Hernán “Clavito” Godoy, Luis Ibarra, Eduardo Cortázar o Andrés Prieto.

En 1991 el equipo fue retirado de primera división por la Armada con los argumentos de falta de presupuesto y que en sus filas no militaba ningún efectivo de la institución, siendo Comandante en Jefe el Almirante Jorge Martínez Busch. El retiro se dio en medio de la polémica por acusaciones de soborno a jugadores del Naval, por parte de jugadores de Santiago Wanderers, club que necesitaba ganar su último partido -precisamente contra los “choreros”- para no descender; el resultado fue 4-1 a favor del cuadro de Valparaíso.

No obstante, más allá de los vínculos formales, pensamos que el Naval está históricamente ligado a la Armada de Chile, pues ahí están sus orígenes: su nombre y su emblema (un ancla) hablan por sí solos. El gran mérito de la Armada en esta materia, fue hacer de Naval más que un club de la institución, fue lograr que el equipo se identificara con Talcahuano y llegara al alma misma de sus habitantes, transformándolo en un símbolo de esta ciudad, cuya importancia estratégica en término de las instalaciones navales es indiscutible.

En 1991 el Club “Los Náuticos” representa a Talcahuano en la tercera división, elenco que en 1992 cambia de nombre a “Deportes Talcahuano” y en 2004 pasa a denominarse nuevamente “Naval”, manteniéndose en tercera y segunda división hasta 2017, año que fue desafiliado por deudas salariales y previsionales.

Ojalá tengamos de vuelta al glorioso Naval y el Estadio “El Morro” abra sus portones para recibir a sus fieles seguidores; ahí donde se inventó la “chilena”, ahí donde el Rey Pelé derrochó fútbol y simpatía una lejana tarde de 1963.   

¿Volverá Navalito?: “AFIRMATIVA…”.

Nota: escribo esta crónica a la memoria de mi tío Darwin Muñoz Lagos.

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