Voluntariado “Un amigo un hermano” resalta ayuda recibida para proseguir con su trabajo social

“Todos los días hay malas noticias, pero la invitación es a poner la mirada en la tremenda cadena de amor que despertó la pandemia, son muchas las personas que cultivan el verdadero valor de la solidaridad”, señala la profesora Ercilia Aguila Mansilla, coordinadora del Voluntariado “Un amigo un hermano”, organización de acción social que nació bajo el alero del Colegio Charles Darwin en el año 2008 y cuyo objetivo a lo largo de estos años ha sido apoyar en un amplio sentido a comunidades que requieran de una mano solidaria para hacer frente a algún tipo de carencia.

“Surgimos en 2008 con el propósito de entregar un momento diferente de alegría y afecto a niños de la  población El Pingüino, trabajo que realizaban cada sábado los estudiantes del colegio junto a sus profesores jefes en la Capilla José Carpintero y con el apoyo del entonces sacerdote Jorge Teneb Barrientos. Después de tres años, nos trasladamos al sector norte de la ciudad, a la Parroquia Santa Teresa, en la villa Alfredo Lorca, agradecidos que nos acojan y nos vean como hermanos que sienten empatía y quieren aportar”, destaca la docente, quien valora la confianza que “nos brinda la señora Marianela, coordinadora y secretaria de la parroquia, y el sacerdote Rodrigo Vargas”.

Labor social
en pandemia

Agrega que “en 2020, como a todos, nos sorprende el coronavirus y no podíamos estar ajenos a la labor social que es nuestro sello, es así que en el mes de junio aproximadamente dimos inicio a la olla solidaria, primero aportando a la olla común del barrio Archipiélago de Chiloé, mientras nos organizábamos para partir en la villa Alfredo Lorca”.

Indica que a lo largo del año pasado para llevar a buen puerto su tarea recibieron ayuda de amigos, ex alumnos, ex apoderados y también algunos apoderados del colegio, “por supuesto hay profesores que son voluntarios activos y comprometidos con la ayuda al prójimo”.

Apoyo de Enap

Es así que Ercilia Aguila resalta el apoyo recibido a través de “Fondos Concursables 2020-Enap Impulsa Magallanes”, instancia que favoreció al Voluntariado con un millón de pesos, recurso que ha servido para mitigar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia. “Ello nos permitió resistir a la pandemia con nuestro trabajo, entregando almuerzos a familias con niños y adultos mayores, contribuyendo a mejorar su calidad de vida”, precisa la orientadora del Colegio Charles Darwin.

Agrega que “con los fondos de Enap Impulsa continuaremos desarrollando el proyecto hasta fines del presente mes, pero además con la colaboración de voluntarios y amigos nos mantendremos en esta actividad hasta mediados de año, según lo que el trabajo en terreno nos señale”.