Necrológicas

Sobreviviente del Covid: “Ya me tenían lista la urna”

Miércoles 26 de Mayo del 2021

Compartir esta noticia
6,772
Visitas

Todo lo que pasé, no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Así Raúl Patricio Salazar Muñoz da cuenta de lo vivido tras contagiarse con Covid, una compleja lucha por recuperarse la que mantiene hasta ahora. Y, es que aún sufre las secuelas del virus.

A sus 56 años, trabaja en el Area Informática y su función es entregar soporte al Hospital Clínico. Es quien recorre todo el centro asistencial ante inestabilidades técnicas de los más de mil computadores que hay en operación, por tanto siempre estuvo en riesgo.

El “Pato” como lo llaman quienes lo conocen, enfermó el 27 de agosto del año pasado. Recordó que estuvo de vacaciones y había regresado a trabajar hace menos de una semana. Comenzó con fiebre, así que consultó inmediatamente. Le hicieron los exámenes y al otro día le entregaron el resultado: positivo a Covid.

En una primera instancia se fue a una residencia sanitaria, donde pasó una muy mala noche. Al día siguiente pidió que lo llevaran a la Urgencia. En el hospital lo evaluaron y le hicieron los exámenes pulmonares que arrojaron problemas. “Ahí me dejaron en el hospital, en una sala común, pero evolucioné muy mal. A los cuatro días me llevaron a la Unidad de Cuidados Intensivos y ahí cambió todo”, relató.

Hasta ese minuto no tenía dolor, aunque presentaba problemas respiratorios. Pero con la cánula nasal de alto flujo (soporte ventilatorio no invasivo) no se dio cuenta de lo grave de su condición y sólo comenzó a tomar conciencia de la gravedad de la situación cuando le hicieron los exámenes de sangre.

“Cuando me di cuenta de que esto no iba para bien y sin saber que me iban a intubar, llamé a mi familia (tiene a sus dos padres vivos). No sabía que los había contagiado a ellos también. Cuando hablé con ellos, les manifesté: ‘Yo los quiero a todos y creo que fui un buen hijo. Está la posibilidad de que me vayan a intubar. Perdónenme si les hice daño, pero los quiero a todos’. Ahí me despedí de ellos”, narró conmovido el funcionario.

Al día siguiente, su condición médica se tornó crítica, vio a los médicos corriendo a su alrededor. Se encomendó a sus santos, pero estaba cansado, todos los días lo pincharon para ver si era necesario conectarlo a ventilación mecánica y ya sentía el desgaste. “Ahí pensé que podía volver o no”, recuerda, aunque remarca que nunca tuvo miedo a la muerte.

“Psicológicamente pasan muchas cosas, tu familia no te puede ir a ver y dejas cosas pendientes con tus seres queridos. Ahí tomas conciencia y te arrepientes porque no dijiste te quiero, tocar las manos y abrazar, yo no era de ese estilo y lo comienzas a analizar”.

Gestionaron
comprar la urna

El 13 de septiembre fue conectado a ventilación mecánica invasiva. “Mi familia siempre estuvo informada de mi situación médica. El día 23 los llamó un médico quien les hizo saber que no había posibilidad de recuperación y que era probable que estuviera fallecido al otro día. Mi hermano me cuenta que se prepararon y fueron a ver la urna. Pero el día 24 mis pulmones comenzaron a funcionar”, complementa.

Estaba lleno de sondas, sin poder hablar por la traqueotomía, debido a la ventilación mecánica invasiva. Varios días estuvo así, de pronto se ahogaba y pasaba de todo. Ya estando un poco mejor, desde el hospital llamaron a sus padres y le pasaron un aparatito que se pone en la laringe para hablar por teléfono. Pudo ver a toda su familia, estaba llorando.

Los primeros días de octubre abandonó la Uci y lo derivaron a la Unidad de Cuidados Intermedios. Lo dejaron solo en una habitación. En la puerta se leía “Patricio Salazar sobrevivió al Covid”. 

Ahí comenzó a sentir dolor en sus piernas y pies, aún no podía ni caminar. Las noches se tornaban largas, sin poder dormir, con frío y dolor. “Yo sólo quería irme a mi casa”.

El 27 de octubre estuvo de regreso en su hogar, con muchos problemas de movilidad. Tenía cuidadora todo el día. “Pasé mucho sufrimiento y hubo momentos en que no quería vivir. Me decían que era una oportunidad más de vida, pero estaba inválido. Yo creía que era eterno, lloraba por el dolor y de rabia”.

En el camino tuvo complicaciones con la traqueotomía, por lo que fue trasladado a Santiago, donde también lo pasó muy mal. A la distancia también padecía su grupo familiar.

Ya de regreso en su tierra, está sin dolor, aunque con algunas secuelas. En la actualidad se encuentra en proceso de reinserción laboral. Era una persona súper activa y no sabe si volverá a ser el mismo.

“Todo lo que pasé, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Aprendes, pero también te quiebras, hubo personas que se preocuparon y recuperé amigos del colegio, con los que hemos vuelto a conversar. Veo a mis padres y estoy agradecido de Dios de tenerlos con vida. Es una lección de vida y el mensaje para la gente es que se cuide siempre, que lleve una vida sana, no sólo por la pandemia sino que siempre. Sobre todo quienes tienen hijos, cuando eres joven es todo muy bonito, pero de los 50 en adelante comienzan los problemas. Uno tiene que tener una cultura sana y hacer deporte”, reflexionó Salazar Muñoz.

Pin It on Pinterest

Pin It on Pinterest