Necrológicas

Lo que aprendí de ti…

Por Jorge Abasolo Lunes 8 de Noviembre del 2021

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N

o eludas el dolor.

Enfréntalo. Y déjalo que te abrace, para dimensionar su tamaño.

Luego procede a abreviarlo, a combatirlo.

Entre el dolor y la nada, opta siempre por el dolor.

Deja que te ayuden la oración, el humor, el llanto y la solidaridad de otros seres humanos que ya han pasado por tu trance.

La solidaridad nos hace sentirnos acompañados y queridos; y no hay mejor lubricante para el alma que las lágrimas.

No te inmovilices. No te pares. No te quiebres. No te quedes quieto. El Yo es fuerte en la medida que es activo.

No te reprendas por no haber hecho antes lo que empezarás a hacer mañana.

No podemos estar en el presente añorando un pasado que no fue.

Ni siquiera preguntándonos por qué.

Lo que sucedió, sucedió. Ese pasado es inmutable.

Y hay que soltar, hay que desprenderse.

El dolor es un maestro que enseña más que mil tratados…

Mantente siempre en estado de vigilia. No rigidices tus proyectos. Si es necesario, remózalos, cámbialos… porque las circunstancias también cambian.

No te atormentes por esos dos fantasmas dañinos: el arrepentimiento por el pasado y la incertidumbre del futuro.

Por eso a veces es necesario romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos. Vive el presente, el aquí y el ahora. Si puedes cámbiate de casa, camina por lugares por donde nunca hayas andado. Trata de usted a Dios y tutéate con tus defectos.

Abrázate a tí mismo. Hazte cariño de vez en cuando y aprende a querer tus debilidades.

Recuerda que los cambios externos simbolizan procesos internos de superación.

Elimina el resentimiento, la envidia y todo ese stock de lacras y complejos que cada ser humano alberga.

Goza con tus victorias y saca conclusiones de tus derrotas.

No te quejes por tantas restricciones y cortapisas que existen en este caprichoso ascensor llamado existencia. Si todo nos estuviera permitido, nos perderíamos entre tanta libertad.

Recuerda que no hay camino fácil ni seguro. Es más, es fácil captar cuando se está por el camino correcto. Generalmente, éste va en subida.

A Dios no le pidas ilustración, ni cultura ni lucidez.

Pídele sabiduría.

Lee los libros pero lee también la vida misma.

No luches por superar a los demás. Es mejor luchar por ser uno mismo cada día mejor. Mucha gente encontraría su propia vida mucho más interesante si dejaran de compararla con la vida de los demás.

Date un tiempo para llorar, un tiempo para reír y un tiempo para descansar.

Concentra tus energías en el plano positivo.

Trae a tu memoria tus mejores recuerdos.

Bloquea la anticipación, siempre más peligrosa que el hecho mismo.

Conozco seres que pasaron la mitad de su vida preocupándose por cosas que jamás sucedieron.

Disfruta con tus logros, por pequeños que sean.

Nunca dejes de buscar a Dios. Aunque muchas veces no entiendas sus respuestas.

Y ten presente que en la vida no basta con ser fuerte.

Es mejor ser flexible.

(dedicado a mi hermano Enrique, a mi querido “Quicolicho”. QEPD, a once años de su muerte)