No da lo mismo
Para quienes estamos ya, sobre los 50, y que vivimos la década del 80, no da lo mismo lo que ocurra el próximo domingo 19 de diciembre.
Quienes fuimos, en diversas formas los jóvenes ochenteros universitarios, que vivimos y soportamos a la dictadura pinochetista, no da lo mismo. Para quienes tuvimos nuestra primera votación para el Plebiscito del SI o el NO, no da lo mismo. Para quienes lloramos cuando el NO se impuso a los deseos del dictador de perpetuarse después de quince años de sufrimiento para el pueblo chileno y querer quedarse otros ocho años no da lo mismo. Ese día del triunfo del NO en la ciudad universitaria de Concepción, al final de la tarde, casi cuando ya era casi de noche, nos tomamos una botella de sidra Real, por cierto, guardada por un magallánico para esta especial ocasión. Entre amigos y coterráneos, hombres con sueños de un país libre de aquella dictadura comenzamos a ver la luz y a soñar con construir un país mejor. Hombres que ya estábamos pasados los veinte años. Lloramos de emoción, al comenzar a dejar atrás una de las épocas más aciagas de Chile.
En aquel tiempo, quien me cautivó políticamente era el pensamiento, el discurso y la acción de Laura Rodríguez Riccomini, líder del Partido Humanista de aquella época. La no violencia activa era la forma en que ella y los humanistas se insertaban y propugnaban y propugnábamos como una nueva forma de lucha. Luego ella, se transformó en la primera mujer humanista en obtener un escaño parlamentario en el mundo. Instaló temas tan lejanos a la política de aquellos días, que un joven de hoy se reiría o se reirá de lo que digo. Medio Ambiente, mujer, pueblos originarios y grupos étnicos, jóvenes, participación ciudadana, la no discriminación en diversas temáticas, fueron los temas y las temáticas que Laura Rodríguez instaló y legó, con su repentina muerte a los 35 años, mientras ejercía su primer periodo parlamentario, en el año 1992. Para alguien que vivió y sintió esto como propio, no da lo mismo lo que ocurra este próximo domingo.
Para quienes luego, ya bien avanzados los 90, nos insertamos a la política contingente, motivados por la disputa de Lagos-Lavin del año 99, y porque no se volviese a instalar la versión del dogmatismo valórico de la dictadura y de una derecha cavernaria, no nos da lo mismo lo que ocurra en las elecciones o balotaje del próximo domingo.
Para quienes luego tuvimos la oportunidad de servir a nuestra ciudad y sus ciudadanos, habitantes, mujeres y hombres, niños y jóvenes, quienes sabemos del valor de la libertad y del valor de lo diferente, de lo distinto, de la diversidad, de la dificultad de muchos de acceder a lo mínimo aceptable para la vida de ellos y de sus familias. Por ello no da lo mismo quien encabece la Presidencia de la República de Chile. Para un regionalista de centro izquierda como quien escribe, no da lo mismo.
Por ello hoy me atrevo a utilizar esta columna, para que, por primera vez, en casi 3 años ininterrumpidos de escribir de diversos temas contingentes, atingentes, temporales y atemporales de la región y su gente, de nosotros, de nuestros sueños, de lo que no se escribe (y a ratos ni siquiera conversa o piensa), poder expresar mi preocupación por lo que pueda ocurrir éste próximo domingo.
Mi compromiso con la vida, con la democracia, con la construcción de un país que procura y trabaja por no dejar a ningún hermano rezagado, porque la diversidad de intereses y de formas de vida tengan espacio y expresión. Porque no sigamos siendo un país entreguista de nuestras riquezas, que deben ser para todos y no sólo para algunos, por ello, este próximo domingo, no da lo mismo y, Gabriel coterráneo, tendrás mi apoyo y el de miles en nuestra querida región. Te apoyaremos en tu gobierno, que debe ser el gobierno de todos, no sólo de los que te habremos apoyado, sino que de muchos que ni siquiera se darán el espacio y el tiempo de expresar su voto. También serás Presidente de los seguidores de tu contendor y demostrarás que has aprendido, de amplitud, de grandeza, de que los cambios son posibles en la vía democrática, sumando voluntades y haciendo las cosas bien. Sin dogmas, sin abusos y con grandeza. Gabriel, Magallanes y Chile necesita /un Presidente joven/ que ame la vida que enfrente la muerte/ la tuya la mía, de un perro, de un gato/ de un árbol, de toda la gente/.