Carabineros y tiempos de cambios

• Se trata de un momento político y social complejo,
  donde las funciones e institucionalidad de Carabineros
  también se han puesto en entredicho y no son pocos
  los que se tientan con ideas refundacionales.

Un aniversario atípico fue el que tuvo ayer Carabineros de Chile, pues parte de las actividades programadas en todo el país para conmemorar y realzar su labor fueron suspendidas por razones de fuerza mayor.

En efecto, la policía uniformada cumplió ayer 95 años, en medio del paro de los camioneros y el anuncio presidencial de invocar la ley de Seguridad del Estado frente a esta movilización, lo cual obligó en algunas zonas a desplegar a su personal producto de aquello.

Además, este aniversario también encuentra a la institución en un momento particular, dado por el proceso constituyente en el cual se ha debatido cómo mejorar a la policía uniformada, surgiendo al interior de la Comisión de Derechos Humanos de este cuerpo colegiado diversas propuestas, entre ellas que Carabineros sea reemplazado por “una entidad pública que ejerza la función policial bajo dependencia y control civil con enfoque ciudadano, desmilitarizado, con carrera funcionaria de escalafón único y que someta su doctrina, sus políticas y el cumplimiento de su labor al respeto irrestricto de los Derechos Humanos”.

Esta propuesta generó polémica y un debate de ideas encontradas y, en cierta medida, irreconciliables.

Ayer el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, dijo que no temen a los cambios, en cuanto pueden ser una oportunidad para conectarse más con la ciudadanía. Pero, también fue claro en señalar que la sola reforma a la institución no solucionará el fenómeno delictual que afecta al país.

Se trata de un momento político y social complejo, donde las funciones e institucionalidad de Carabineros también se han puesto en entredicho y no son pocos los que se tientan con ideas refundacionales.
El país no puede prescindir de esta institución y ella requiere ser modernizada para que pueda aportar lo suyo en cuanto a mantener el orden y la seguridad a lo largo del territorio. Pero, mientras en forma consensuada se definen tales cambios, debe existir claridad en cuanto a que la crítica constante y las desautorizaciones desde el mundo político en nada aportan a que la policía uniformada pueda hacer frente a los innumerables requerimientos que tiene a diario, producto del aumento de la violencia y de los delitos.