Cambio climático, de crisis a catástrofe
- … También rondó la idea de que se trata de una gran oportunidad de coordinación con otros países, principalmente latinoamericanos, y de aunar las políticas sectoriales, a fin de construir entre todos un Magallanes que, consciente del tiempo que se vive, enmiende rumbos. En definitiva, estamos frente a una gran oportunidad: hacer las cosas bien.
Mucho se ha escrito respecto del cambio climático, existiendo un contundente dossier de evidencias. Pese a ello, persisten posturas negacionistas o aquellas que buscan relativizar sus efectos.
Sin embargo, el cambio climático es una realidad que está amenazando el futuro de nuestro planeta y, a diferencia de otras épocas en que la Tierra ha estado bajo amenaza, esta vez es el hombre el principal causante de esta transformación, que está teniendo tintes catastróficos.
Para hablar sobre este tema se han usado términos como emergencia y crisis, queriendo enfatizar que estamos frente a un escenario que amerita acciones inmediatas, a fin de detener o mitigar la acción antrópica, que es la principal causa. Pero, estudiosos están sosteniendo que ambos conceptos no reflejan realmente lo que está sucediendo, pues tienen implícito que se trataría de una situación casi cotidiana, que en algún momento será superada. Por eso, ahora se ha comenzado a usar el concepto de catástrofe ambiental, para dar cuenta que estamos frente a una consecuencia destructiva más extendida, que afecta a un mayor número de personas, recursos, bienes y localidades, todo lo cual demanda una acción más concreta e impone una coordinación y una respuesta globales.
Concientes de aquello, las autoridades magallánicas lanzaron la semana pasada el trabajo del comité de cambio climático, una mesa multisectorial que tendrá el plazo de un año para elaborar un plan de acción.
En los primeros debates surgieron puntos fundamentales, como la importancia de generar estadísticas regionales sobre el impacto del cambio climático en nuestra zona y la necesidad de involucrar a la ciudadanía en todas aquellas medidas que permitan mitigar los actuales efectos.
Pero, también rondó la idea de que se trata de una gran oportunidad de coordinación con otros países, principalmente latinoamericanos, y de aunar las políticas sectoriales, a fin de construir entre todos un Magallanes que, conciente del tiempo que se vive, enmiende rumbos. En definitiva, estamos frente a una gran oportunidad: hacer las cosas bien.