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Abogado dijo que violencia intrafamiliar extrema llevó a un hijo a matar al padre

Domingo 7 de Agosto del 2022

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  • El crimen que impactó a la comunidad quedó al descubierto el 10 de febrero de 2018, al ser encontrado el cuerpo de la víctima con múltiples estocadas, en el sector villa Generosa.

Episodios sucesivos de violencia intrafamiliar. Agresiones continuas a la esposa, avivadas por la ingesta de alcohol, afloran como las principales causas que habrían gatillado el parricidio del desabollador Omar Díaz Barría, el 5 de febrero de 2018.

Un caso que impactó a la comunidad, cuando quedó al descubierto el cuerpo de la víctima, el 10 de febrero de 2018, en el pasaje Ñandú, parcela 231, correspondiente al sector villa Generosa.

Por esos días existía una denuncia por presunta desgracia, interpuesta por la misma esposa Margarita Pérez Muñoz.

Los hijos, Omar y Constanza, se mostraban acongojados y sorprendidos por el hallazgo realizado cinco días después de que lo dieran por desaparecido.

La versión de la familia fue que había salido a comprar cigarrillos a un almacén cercano y no volvió más al hogar.

Sin embargo, el informe de la Brigada de Homicidios de la PDI estableció una agresión “en diferentes partes del cuerpo, mientras la víctima se defendía, cayendo al suelo pero aún con vida”.

Recién dos años y 6 meses después la Policía de Investigaciones logró aclarar el crimen.

El 25 de agosto de 2020 fue formalizada la esposa, Margarita Pérez Muñoz y los hijos del matrimonio, Omar Ariel y Constanza Isabel Díaz Pérez, por parricidio quedando todos en prisión preventiva.

Pero cinco meses después se rompió el “pacto de silencio”. Madre e hija se allanaron a colaborar con la investigación y la declaración que entregaron les permitió abandonar la cárcel y quedar con arresto domicilio nocturno, medida que mantienen actualmente.

Hijo inculpado

Sólo se mantiene en prisión preventiva el hijo, Omar Ariel Díaz Pérez, quien se inculpó del asesinato de su padre, permitiendo con ello que el fiscal Fernando Dobson se allanara a que la madre y la hermana pudieran abandonar el centro penitenciario.

Ahora, a poco de cerrar la investigación, el fiscal Dobson acaba de reformalizar y aclarar la participación de cada uno en el parricidio, ocurrido ese 5 de febrero, al interior del domicilio de calle Miraflores Nº186, estando en casa el matrimonio y los hijos.

La víctima, Omar Díaz, se encontraba ebrio y protagonizó un violento episodio de violencia intrafamiliar. Insultó y empujó a la madre. El hijo salió en defensa de la mujer y se enfrentó a golpes con el padre.

En ese momento la madre le gritó a la hija (Constanza) que estaba en el segundo piso que bajara. Ahí ella subió a ocultarse y a proteger a la nieta.

“Omar Díaz fue agredido por el hijo, con un arma cortopunzante, en diferentes partes del cuerpo. Y mientras la víctima se defendía cayó al suelo, pero aún con vida. El imputado le asestó múltiples estocadas en la espalda y otras partes del cuerpo. Fueron no menos de 85 heridas que le costaron la vida”, indicó el fiscal.

Posteriormente el hijo y la madre hicieron desaparecer el cuerpo. Mientras Constanza limpió la sangre y todo vestigio de la agresión.

El hermano “procedió a trasladar, a quemar y desmembrar el cuerpo de su padre para finalmente reubicar los restos en el sector del pasaje Ñandú, villa Generosa”.

Luego, y para desviar la atención, Margarita Pérez acudió a Carabineros a interponer una denuncia por presunta desgracia del marido.

“De esta forma se especifica y detalla la participación de cada uno”, indicó Dobson.

Defensor

El abogado defensor, Juan Carlos Rebolledo, dijo a El Magallanes que su representado, el hijo, asume su participación en los hechos investigados, entendiendo que en esos momentos no había otra alternativa, y que tarde o temprano algo así sucedería, como también que pudo ser la madre la víctima fatal por las constantes agresiones del jefe de familia.

Con la reformalización le queda claro que su defendida, Margarita Pérez, no tuvo ninguna participación.

Para el profesional este es un hecho que lo precede una violencia intrafamiliar de larga data, “donde la principal víctima era la madre”. Ello unido a un consumo problemático de alcohol de parte del padre.

“Esto se arrastró por mucho tiempo. Todos los días discusiones, malos tratos de palabra y obra en contra de la señora, lo que fue acumulando un caudal de intolerancia entre todos”.

Rebolledo dijo que “con la reformalización el fiscal asume, admite y establece como uno de los hechos de la causa la violencia intrafamiliar”.