El mensaje tras el Rechazo a la propuesta constitucional

– Hoy, comienza un nuevo ciclo para el país y para el gobierno que encabeza el magallánico, donde éste no sólo tendrá que liderar la continuidad del proceso constituyente, sino que hacerse cargo del castigo que el Rechazo significa para su propia gestión.

Ayer, se realizó el plebiscito de salida donde el pueblo de Chile rechazó mayoritariamente la propuesta de nueva Constitución emanada del trabajo de la Convención Constitucional.

El proceso fue histórico y ejemplar y también pasará a los anales porque convocó al mayor porcentaje de votantes que haya tenido alguna elección. A nivel nacional, concurrió a las urnas el 85% de las 15 millones 173 mil 857 personas habilitadas para votar. En Magallanes, el 75% del padrón electoral ejerció su deber y derecho a sufragar. Fueron 117 mil 847 electores los que dieron vida a esta inédita jornada.

Si bien las encuestas vaticinaban el triunfo de la opción Rechazo, nunca se pensó que éste iba a ser tan holgado. Incluso se hablaba de un acortamiento de la diferencia, que podría llegar a que ésta fuera no más de cinco puntos porcentuales. Pero, finalmente quienes repudiaron el texto constitucional propuesto sumaron casi el 62% en todo el país y el 60% en Magallanes.

La votación obtenida en la región sorprendió, pues era una de las pocas en que se proyectaba un triunfo del Apruebo, principalmente por el gran apoyo que tuvo Boric en la segunda vuelta presidencial y porque es la tierra del Mandatario.

Hoy, comienza un nuevo ciclo para el país y para el gobierno que encabeza el magallánico, donde éste no sólo tendrá que liderar la continuidad del proceso constituyente, sino que hacerse cargo del castigo que el Rechazo significa para su propia gestión. Sí, porque, más allá del repudio al texto plebiscitado, la derrota del Apruebo es vista como un castigo a su administración, a la soberbia y a las posturas refundacionales. Por ello, en los próximos días, no sólo se esperan cambios ministeriales, sino que en el gabinete regional.

La voz y el mensaje de la gente han sido claros.