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Complejo escenario vive la donación de órganos

Por La Prensa Austral Viernes 9 de Septiembre del 2022
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– Es de esperar que cada día crezca más la cantidad de donantes en el país, de modo que menos compatriotas deban enfrentar el angustiante drama de no tener certeza si podrán continuar viviendo, ya que de otros depende que así sea. Cambiar este escenario es el gran desafío en el que todos estamos llamados a colaborar.

Apenas un 3% aumentó la donación de órganos en Chile en el último año, mientras en el país 2 mil 600 personas esperan por un trasplante para seguir viviendo.

Tras la entrada en vigencia en nuestro país de la ley que convierte en donantes a todas las personas mayores de 18 años, a menos que expresamente manifiesten lo contrario, la tasa de donación sigue siendo baja.

Un gran problema que se enfrenta hoy en día en Chile sigue siendo la oposición que se presenta al interior de las familias, muchas de las cuales se niegan a donar los órganos de un pariente fallecido. Por ello si algo hay que incentivar es el diálogo abierto y franco; que en cada grupo familiar exista claridad sobre la voluntad de cada miembro en relación a esta materia, y que ella sea respetada al momento de la muerte.

Como bien se señala, nadie piensa en la posibilidad de que algún día pueda necesitar la donación de un órgano, o que dicha situación la viva un ser querido. Sólo cuando eso ocurre cambia diametralmente la visión respecto de este tema. Es decir, como ningún individuo está libre de esta posibilidad, debería ser una preocupación de todos, pensando de manera solidaria. Lamentablemente, a veces prima el egoísmo.

Según datos del Ministerio de Salud, sólo un 2 por ciento de los fallecimientos son potenciales donantes, puesto que el principal criterio para realizarse es que la persona se encuentre bajo muerte encefálica. Aquella situación sólo ocurre en casos de derrames cerebrales, ahogamiento o graves contusiones en el cráneo, entre otros factores.

Es de esperar que cada día crezca más la cantidad de donantes en el país, de modo que menos compatriotas deban enfrentar el angustiante drama de no tener certeza si podrán continuar viviendo, ya que de otros depende que así sea. Cambiar este escenario es el gran desafío en el que todos estamos llamados a colaborar.