Dolor crónico, una discapacidad invisible

– En 2020, el lumbago dominó estas patologías, con una mayor prevalencia, un costo-consecuencia asociado de 133 mil millones de pesos. Sólo en materia de licencia médica representó 273 mil permisos, que equivalen a un costo de más de 35 mil millones de pesos por ausentismo laboral.

Los diversos estudios y análisis realizados sobre el dolor crónico en Chile, su prevalencia en el país, y los costos económicos y sociales que está generando, son elocuentes y han puesto una señal de alarma respecto de la necesidad de colocar este problema, y a quienes lo padecen, como eje central dentro del abordaje que se plantea como Estrategia Nacional de Salud, en una política que además incluya educación, tanto de la sociedad como de los propios profesionales de la salud para una mejor comprensión, entendimiento y visibilización de un drama que afecta a una de cada tres personas.

La “propuesta de política pública para el manejo del Dolor Crónico Musculoesquelético en Chile”, elaborada por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, el 32% de la población; es decir, uno de cada tres chilenos, equivalente aproximadamente a 5 millones de personas, sufre de dolor crónico no oncológico asociado a seis patologías identificadas por la Asociación Chilena del Dolor (ACHED) como las de principal prevalencia en el país: lumbago, osteoartrosis de rodilla, dolor de hombro, osteoartritis de cadera, fibromialgia y dolor miofascial.

Un estudio sobre el costo total, directo e indirecto, que provoca el dolor crónico (directos e indirectos) asociado a estas patologías, calcula las pérdidas económicas en $663.471.100.207. 

En 2020, el lumbago dominó estas patologías, con una mayor prevalencia, un costo-consecuencia asociado de 133 mil millones de pesos. Sólo en materia de licencia médica representó 273 mil permisos, que equivalen a un costo de más de 35 mil millones de pesos por ausentismo laboral.

Para mayor abundamiento, según cifras entregadas por la Superintendencia de Salud, de las 15 millones de licencias médicas curativas tramitadas en el sistema de isapre entre 2011 y 2021, 2.315.218 tienen relación con diagnósticos osteomusculares, que corresponde a un 15,4% de las licencias, ubicándose en el tercer lugar entre las más tramitadas, sólo superada por las licencias mentales y el Covid-19.

En opinión de especialistas, la prioridad para abordar estas enfermedades debe ser la atención primaria, con un modelo a cambiar hacia la multimorbilidad, donde el dolor esté en esta ecuación.

La lucha contra el dolor crónico es un desafío como sociedad, desde todas las esferas, incluso desde cómo lo entienden los profesionales médicos, aumentando su formación y concientización de este problema para que no sea minimizado, reforzando de paso, la educación a las familias, pacientes y empleadores.