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Reseña de Juan Efraín Ojeda, diputado magallánico: “Un tripero al Parlamento”

Jueves 29 de Septiembre del 2022
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Ramón Arriagada S.
Sociólogo Centro de Estudios Históricos de Ultima Esperanza

“El día 13 de diciembre de 1935 se anuncia por parte de la gobernación del entonces Departamento de Ultima Esperanza, la paralización total de faenas de los campos y frigoríficos, al declararse una huelga de sus trabajadores a raíz de la negativa de los estancieros de dar un aumento de salarios”

PARTE I
Hay un episodio de la historia natalina poco estudiado y conocido. Quienes fueron contemporáneos a los sucesos, poco o nada, los comentaron. El año 1935 y posteriores estuvieron marcados por la llamada “Huelga de los Triperos”, declarada el 13 de diciembre del año 1935 por los operarios del Sindicato de Campos y Frigoríficos. Es cuando a Punta Arenas, falto de liderazgos sociales, comienza a mirar hacia lo que sucedía en Ultima Esperanza, específicamente en su capital Puerto Natales.

Recordemos que entre los años 1919 y 1921 se registran fuertes movimientos reivindicativos de los trabajadores ligados a los campos y frigoríficos en la Patagonia. Los enfrentamientos entre capital y trabajo trajeron como consecuencia una contundente respuesta de los gobiernos argentino y chileno; el apoyo de las élites gobernantes estuvo siempre en favor de quienes les eran más cercanos políticamente y les sustentaban económicamente.  Había que favorecer a las grandes empresas capitalistas de la tierra, porque producían riqueza y trabajo, además, por estar ligadas al poderío imperial inglés de la época.

El sindicalismo en la Patagonia pagó muy caro su rebeldía. El aplastamiento de los movimientos de los peones de la tierra tuvo su culminación en las estancias argentinas de Santa Cruz y el Chubut en 1921. Todo se derrumbó. Desapareció la dirigencia obrera. Los periódicos y sindicatos de las agrupaciones sobrevivieron sujetos a censuras, deportación de sus dirigentes; la organización obrera existía sólo para cuestiones economicistas.  Chile vivía la inestabilidad de gobiernos dictatoriales como el de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931) y los sucesivos gobiernos, hasta llegar al retorno del caudillo derechista Arturo Alessandri Palma (1932). De por medio, considerar las consecuencias desastrosas de la crisis económica de 1929 y posteriormente los años conflictivos previos al inicio Segunda Guerra Mundial.

Por su baja población, gran parte de ella compuesta por migrantes, la clase política del centro del país, poco o nada le interesaba el Territorio de Magallanes. Además, las grandes empresas de la tierra, manejaban todas las expresiones ciudadanas. Funcionaban con obreros “enganchados” en Chiloé y la zona central de Chile, que peregrinaban hacia el sur, cada temporada de campos y frigoríficos; eran hombres solos, como los que llegan en nuestros días, a las labores de las empresas salmoneras. La historia vuelve siempre por sus cauces, nada es nuevo, todo se repite.

La elección de Juan
Chaparro Ruminot

Era jurídicamente tan sólo un Territorio. No daba para una circunscripción electoral. Recién el 5 de marzo de 1933 se realizan las primeras elecciones parlamentarias en Magallanes. Es elegido como primer diputado, el abogado chillanejo, Manuel Chaparro Ruminot; gracias al apoyo del Partido Regionalista, que había creado él mismo, obtiene una significativa votación (3.579 votos); lo sigue en el recuento el querido vecino Armando Sanhueza del Partido Radical (1.726 sufragios). Nótese que la izquierda llevó un desconocido candidato socialista, procedente de Puerto Natales, se llamaba Julio Silva y su saludo fue con 640 votos, gran parte de ellos obtenidos en su ciudad de origen.

Así las cosas. Todos presagiaban una larga vida política para Chaparro. Pero los sucesos inexorables de la historia de los pueblos, van cambiando su trayectoria colectiva. La sucesión de hechos que rodean una huelga en Puerto Natales, hacen aparecer en escena a Juan Efraín Ojeda, socialista, dirigente gremial de la sección “Tripería” del frigorífico natalino, quien será gravitante en los años siguientes en la política de Magallanes.

El día 13 de diciembre de 1935 se anuncia por parte de la gobernación del entonces Departamento de Ultima Esperanza, la paralización total de faenas de los campos y frigoríficos, al declararse una huelga de sus trabajadores a raíz de la negativa de los estancieros de dar un aumento de salarios. Nubarrones avanzan desde el norte. Todos recuerdan la huelga del 23 de enero de 1919, que justo partió en diciembre, cuando estaban en sus inicios la temporada de acarreos de ganado hacia los frigoríficos y las matanzas en los establecimientos Bories y Natales que teñían el tradicional fiordo azul (canal Señoret, frente a Natales) de rojo sanguinolento.

El conflicto en ciernes debe enfrentarlo un gobernador subrogante. Es el abogado Germán Hertz Garcés, quien de inmediato cataloga el conflicto de ilegal, pues el derecho social vigente, señala que sólo los sindicatos constituidos de acuerdo a la ley y con personería jurídica podían declarar huelgas.

Una huelga ilegal
y amenazante

Declarado el conflicto, de inmediato es enviado desde Punta Arenas, un batallón de quince carabineros. Los recibe en Natales el gobernador de la época Oscar Bonzil Lopehandía. Las posibilidades de un arreglo inmediato, se alejan porque la Sociedad Rural, que representa a los empleadores se niega a negociar con los huelguistas, al no pertenecer estos a un sindicato legal. Aún más, los organismos patronales ordenan a los huelguistas abandonar las estancias, no dormir y alimentarse en ellas. Se quedarán sólo aquellos que sigan en sus labores habituales.

En aquellos años ya se estaba dando la decisión de muchos trabajadores de radicarse en Puerto Natales. Pero la subsistencia se hacía difícil, por los largos meses de invierno sin actividad remunerada, agotando el dinero ganado en los pocos meses de trabajo en la temporada. Un diario de Punta Arenas informa: “La causa de este movimiento han sido dificultades surgidas entre patrones y campesinado, debido a que estos últimos pedían la firma de un Contrato Colectivo de Trabajo, anual, y los patrones, sostienen que las faenas en la ganadería sólo duran unos meses a lo sumo y en la situación no sería de justicia el contratar trabajadores por un año”. (El Magallanes, 14.12.1935). El mismo diario señala “que el movimiento huelguístico es de carácter pacífico, desmintiéndose enérgicamente todas las versiones alarmantes que sobre el particular se han hecho circular en el público”.

A partir del día 16 de diciembre comienzan a darse situaciones que incrementan la atmósfera enrarecida alrededor del conflicto; se constituye en Natales una Junta de Conciliación y Arbitraje, con los involucrados en el conflicto, más personas influyentes de la localidad como: Víctor Larenas, Julio Rocco, Juan Macías, Juan Torres y Juan Fernández Veas; los esquiladores dicen ser los más afectados, la huelga se alargará, las soluciones no les favorecerán por ser ellos trabajadores de paso.

Zarpa el crucero
Blanco Encalada

Sorpresivamente, desde la gobernación se anuncia que el barco insignia de la Escuadra, el poderoso crucero Blanco Encalada emprenderá viaje “al vecino puerto de Natales en cumplimiento de una comisión que se le ha encomendado por la autoridad respectiva” (16.12.1935).

El día 16, el secretario general del Sindicato de Obreros de Campos y Frigoríficos, quienes han declarado la huelga, envían al diario La Opinión de Santiago, el siguiente telegrama: “En presencia del movimiento de obreros que se ha producido, se hace necesario pedir garantías, pues la situación de los obreros es difícil. Se teme la repetición de los Sucesos de Lonquimay. Informe al Ministerio. Se espera la venida de parlamentarios de izquierda para pedir sus órdenes”. Horacio Lara, secretario general.

A partir de ese día y en lo sucesivo son detenidos los dirigentes de la huelga en Puerto Natales. Así lo señala el senador socialista Marmaduque Grove y el diputado Andrés Escobar Díaz en Santiago. Ellos recibieron un telegrama del personero socialista que se firma L. Paillamán el 17 de diciembre: “Las autoridades han tomado medidas de represión contra los obreros. Hay varios presos, entre otros, los obreros Zúñiga, Ojeda, Lara, Muñoz, González. Clausuraron la imprenta, el local del sindicato y el de la seccional socialista. No hay derecho a reunión y presionan a los obreros para que vuelvan al trabajo. Investigue”. (La Opinión, Santiago, 18.12.35).

El diario El Magallanes de Punta Arenas, al informar sobre las novedades del conflicto natalino, el 19 de diciembre, afirma que es oficial aquello de las detenciones de dirigentes de la huelga en el vecino puerto; Bonzi, el gobernador señala: “Organizose un comité de mujeres con el fin de alentar a los obreros a que continúen en huelga y se sorprendió a sus organizadores con proclamas en flagrante delito de incitación de huelga. Fueron detenidas la presidenta María Vásquez, la secretaria Margarita Barría y Olga López”.

Trasciende a través del diario El Natales, diario afín al gobierno de Alessandri, la lista de sindicalistas detenidos. Ellos eran: Juan Efraín Ojeda Ojeda, regidor de Ultima Esperanza; el director del diario “El Esfuerzo” Rafael Rosales Gutiérrez, Hipólito Muñoz Muñoz, Juan Hernández González, Florindo Zúñiga Aguilar, Horacio Lara Murillo, Juan Aguilar Collado , Francisco Gónzalez Quijón y Carlos Reyes Cáceres. Además de las mujeres del comité de apoyo. 

Paralelo a todos estos arrestos, los carabineros recorrían Puerto Natales, Dos Lagunas, Cerro Castillo, Cerro Guido y Estancia Nueva, ofreciendo protección a todos los trabajadores que quisieran volver a trabajar: algunos trabajadores ya estaban en Natales, generando difíciles instancias de hacinamiento, en tanto, en las estancias habían quedado “pilchas” y perros. El Inspector del Trabajo, Carlos Larraín, dirige personalmente la campaña de reintegro de los operarios en huelga a sus lugares de trabajo. El Gobernador Bonzi entrega un comunicado, manifestando que el llamado del Sindicato a la huelga, “tiene carácter revolucionario y como tal será juzgado por la Justicia Ordinaria…A toda persona que se le sorprenda predicando, estimulando o sosteniendo huelga ilegal se le detendrá y será puesta a disposición de la Justicia” (“El País”, Punta Arenas, 18 .12.1935).

El día 20 de diciembre de aquel 1935, era un día primaveral en el pequeño poblado. Las calles estaban sin presencia humana; de casa en casa corría el rumor que en la parte sur, mirando hacia el sector de Dumestre, ya relucía el color acerado del más grande de los acorazados de la Armada Nacional, lanzando desafiantes bocanadas de humo sus chimeneas, estaba el crucero “Blanco Encalada”. Sólo los funcionarios gubernamentales y los carabineros recién llegados se juntaban cerca del muelle. Había miedo por la llegada de tan imponente nave. Pese a que el Gobernador declaraba, a quien le quisiera oír, la tarea cercana a Natales era hacer estudios hidrográficos.

Fue difícil convencer a los residentes de las buenas intenciones de la Armada de Chile en el lugar. El único diario que circulaba en el poblado era “El Natales” cercano a la Iglesia y el gobierno, el otro “El Esfuerzo”,  órgano oficial de los trabajadores en huelga, ya había sido clausurado y su principal redactor el regidor, Juan Efraín Ojeda “El Tripero”, junto al director titular estaban entre los detenidos. El diario oficialista publicaba la siguiente nota, “La llegada de este barco de nuestra Armada hasta Natales ha sido con el objeto de practicar y al mismo tiempo para cooperar al resguardo del orden, aún cuando éste hasta el momento no ha sido alterado en ningún modo. Por su parte, “El Natales” cumple con el grato deber de saludar a su Comandante, oficialidad y marinería y desearle feliz estadía pues ello viene a contribuir a darle un ambiente más patrio a esta laboriosa población” ( 20.12.1935)

Permanece en el recuerdo colectivo lo sucedido en febrero de 1919, después de la rebelión, cuando llegó el barco de pasajeros “Alejandro” con el juez Oscar Miranda para interrogar a personas participantes en los sucesos. El soplonaje y el descriterio en las citaciones, fue tan evidente, que se llevó en las bodegas detenidos a personas con ninguna vinculación en la rebelión además de menores de edad. Los mismos que debieron ser liberados sin cargos cuatro años después.

Cuando la nave de guerra, “ Blanco Encalada”, llevaba tres días en el muelle, se informa desde la Gobernación que “permanecerá indefinidamente en el puerto, asimismo se nos ha informado que mañana el público que lo desee podrá visitar esta nave de nuestra Armada” ( El Natales, 21.12.1935). El comandante del buque, Emilio Daroch Soto, quien después llegó a ser Comandante en Jefe de la Armada, hacía esfuerzos denodados por atraer al público a visitar su buque (continúa el próximo domingo).