Rodrigo Molina observa la crisis ambiental a través del arte contemporáneo

De todas las crisis que se viven en la actualidad, quizás a la que menos atención se le presta es a la medioambiental. En el estado actual en que la inmediatez e instantaneidad es la norma, pensar en las consecuencias a largo plazo parece una reflexión irrelevante para las urgencias de la sociedad actual. Sin embargo, la naturaleza sigue sufriendo por las acciones del ser humano. Y una manera de mostrarlo es a través del arte.

Rodrigo Molina Uriarte es médico veterinario, pero además, artista. Ha expuesto fotografías y esculturas, y ahora, una innovadora propuesta, a través de instalaciones que otorgan diferentes miradas, y que pueden visitarse, hasta el 9 de noviembre, en el zócalo del Museo Regional. 

“Crisis” es el título de esta muestra, “que es mucho mayor a la crisis que vivimos a nivel social, sanitaria y económica que vamos a tener pronto, sino que una crisis mucho más silenciosa, pero más radical. El motivo principal de esta crisis son los hábitos culturales y productivos del ser humano, nuestros sistemas productivos están poniendo al límite los ambientes naturales y se está destruyendo gran parte del hábitat de nuestra biodiversidad, que es esencial para nuestro bienestar. Y en un mundo globalizado cualquier efecto local tiene consecuencias mundiales y a la inversa. Entonces, en esta exposición, quise poner a algunas especies que están con problemáticas de conservación en Magallanes y jugar con estos ejemplos y ver que no están alejados de los otros que se están sucediendo a nivel mundial”, explicó.

Una de las figuras representa una pregunta en la que hacen equilibrio un trozo de alerce con un hueso de ballena, que están dependiendo de un espejo, en que el reflejo cuestiona quién se hace cargo en la conservación de una especie. Otro ejemplo es uno que muestra a unos canquenes colorados acorralados en medio de dos hélices: “Es una especie endémica de la región en serio peligro de extinción por la transformación de su hábitat, muy ocupado por la ganadería, procesos industriales de la explotación de hidrocarburos y que ahora se suma un nuevo peligro, que son los parques eólicos”, explicó Molina.

También hay dos astas que representan al huemul y otra, la vida de los guanacos contrastándola con la ganadería ovina, “lo que muestra un dilema, ya que si bien no tiene problemas de conservación, la mayor parte de sus poblaciones está en áreas privadas que se dedican a la ganadería y que no conviven bien. Y tenemos un cerco que representa este ambiente fraccionado, pero hecho con ciprés de las Guaitecas, que vive miles de años y que claramente no se puede emplear en estos usos, pero se sigue haciendo”.

La única especie representada que no es de la región, pero sí de la zona original de Rodrigo Molina, es la ranita de Darwin, “una especie ícono, carismática y cuyos problemas derivan de la transformación de su hábitat del bosque nativo por plantaciones forestales para la industria de la madera y el papel. Por eso la ranita está sobre una pila interminable de papel”.

La exposición podrá visitarse hasta el 9 de noviembre en el zócalo del Museo Regional y posteriormente se trasladará a Natales, donde se presentará desde el 15 de noviembre. “Es un proyecto Fondart, de la convocatoria 2020, pero la idea era exhibirla en forma presencial, porque tiene volumen y necesita ser recorrido o tocado, en algunos casos”, finalizó Rodrigo Molina, que desde hace dos años trabaja en cerámica y que tuvo la idea después de ver, en 2019, un informe “lapidario” sobre la biodiversidad mundial, “que muestra que vamos en una curva hacia la extinción masiva de muchas especies por nuestros procesos culturales y ya no hay vuelta. Por eso, la meta es mitigar parte de esa crisis que va a quedar en los próximos años, que vamos a dejar ese lamentable legado a las nuevas generaciones”.