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El techo de la Antártica

Por Alfredo Soto Martes 6 de Diciembre del 2022

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Que mejor evidencia que después de 25 años podamos escribir nuevamente un artículo de una hazaña inédita de la exploración polar, realizada por nuestra principal casa de estudios y justamente lo que destaca de manera emblemática y real con sus posteriores estudios e investigaciones en donde desde el año 1994 han desfilado las más diversas inquietudes e interrogantes por conocer nuestro territorio antártico y subantártico, así y lo volvemos a recalcar, por estos días se cumplen 25 años de una gesta exploratoria y deportiva de la Universidad de Magallanes en sus albores de formación e investigación antártica. El 19 de noviembre de 1997, después de un año de preparación, un equipo de exploradores, científicos y deportistas de montaña, se embarcó en un viaje hacia uno de los rincones más inhóspitos del territorio polar: explorar el glaciar Branscomb y la ascensión del monte Vinson, la montaña más alta del continente antártico (4.897).

El monte Vinson se encuentra en la cordillera Centinela de los montes Ellsworth. Fue descubierta en 1966 por el alpinista estadounidense Nicholas Clinch y todo su equipo. Aunque anteriormente a esas fechas ya había sido visualizada desde el aire en una también épica exploración por conocer el territorio. El macizo tiene unos 21 kilómetros de largo y 13 kilómetros de ancho. Se encuentra en un sector que, hasta la fecha, sólo ha sido reclamado por Chile como parte del Territorio Antártico Chileno. Esta montaña fue escalada, por primera vez, como dijimos anteriormente por un equipo estadounidense, pero de exploradores nacionales sólo fue visitada por un equipo chileno que lideró el Dr. Mauricio Purto en el año 1983. Catorce años después, nuevamente un equipo chileno se adjudicaba la cumbre. Esta vez, se trató de una delegación de magallánicos, liderados por académicos Umag, quienes ponían la bandera de Chile y en representación de la Universidad de Magallanes en la cúspide de esta magnifica montaña: el doctor Julio Contreras, el aero fotogramétrico y ex alumno de la Umag, Nelson Sánchez; el doctor Gino Casassa, en esa época director de Programas Antárticos de la Umag; Jorge Quinteros, explorador de campos de hielo; Fernando Bravo, escalador y deportista de montaña, además de suboficial del Ejército del Regimiento Pudeto de Punta Arenas y; Alfredo Soto Ortega, profesor, explorador y educador antártico de la Umag.

Esta primera “odisea polar” de la Universidad de Magallanes, recibió el apoyo de la Fuerza Aérea de Chile, institución que colaboró con toda la logística del traslado desde Punta Arenas, hasta el campamento de Patriot Hills en la Antártica profunda, a 80º de latitud Sur -muy cerca del mismo Polo Sur- y de ahí en vuelo con los aviones Twin Otter hacia el glaciar Branscomb, donde se dio inicio a la expedición. Una tarea que no fue fácil, ya que el equipo en los últimos tramos experimentó un fuerte vendaval, sumado a la poca visibilidad que había, con temperaturas que bordearon los -40 grados Celsius lo que obligó al equipo a mantener una rigurosa disciplina de prevención y cuidado de sus extremidades. 

La aventura fue bautizada con el nombre de “Trilogía del hielo”, ya que era el inicio de tres viajes extremos, porque al monte Vinson le siguieron los Campos de Hielo Patagónico Sur y, finalmente, los Campos de Hielo de la cordillera Darwin. A juicio personal “todas, zonas altamente cotizadas por exploradores del mundo, permitiendo el conocimiento del territorio antártico y subantártico tan importante para la ciencia y la investigación global”. Esta hazaña coloca a la institución y a sus integrantes en el concierto mundial de la exploración mundial, accediendo a una de las famosas “Seven Summit” cuyas mayores cumbres de cada uno de los continentes figuran como hitos de records y de importantes logros de la exploración mundial.