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Laguna Blanca, su nube de polvo y su afectación al ganado ovino y campos de pastoreo

Sábado 25 de Febrero del 2023
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Por Víctor Fugellie
Ingeniero Civil Hidráulico

Conseguimos apoyo de otro gran amigo, Ricardo Ritter, que se convirtió en el gran gestor del proyecto e iniciamos nuestra aventura de poder construir un embalse en río Penitente para trasvase de sus caudales eventuales hacia este embalse natural de Laguna Blanca. Incentivamos al Estado a solicitar esos derechos de aguas sobre el río Penitente que con un buen manejo permitiría recuperar este ecosistema en un período de tres años

Corría el año 1982, mi amigo Walter Ojeda, al pie de Laguna Blanca, me plantea su preocupación por el declive de su nivel y por la nube de polvo que se pone en suspensión con la dinámica del viento afectando directamente al ganado ovino y campos de pastoreo vecinos. Razonando, luego de vaciar los respectivos termos con café, nos dimos cuenta de la gravedad que ello representaba. Debido a que la Patagonia chilena, en ese entonces, estaba íntegramente dedicada a la explotación extensiva de praderas naturales con ovinos y bovinos en pastoreo, frente al fenómeno que observábamos, nos percatamos que este tipo de agricultura iba a tener un potencial muy limitado y cualquier intento por intensificar su sistema de producción en los predios o estancias comenzaba a bloquearse. Luego, para alcanzar producciones proyectadas en cada caso, habría que determinar la necesidad total regional de agua y compararla con los caudales naturales disponibles. Esa comparación nos iba a permitir concluir que:

1.- Si no hacíamos nada, habría mayores períodos de escasez. Por ejemplo, habría que modificar la variación estacional y anual de los caudales.

2.- Habría que considerar la posibilidad de realizar trasvases desde cuencas con excedentes a las zonas deficitarias con gran potencial agrícola.

3.- Si no se consideraban trasvases entre cuencas, no se podía proyectar producciones.

Además, nos dimos cuenta de que para abordar los proyectos de aprovechamiento de recursos de agua éstos debían ser abordados de manera funcional considerando sus componentes tanto económicas como sociológicas y ambientales y poder conseguir los parámetros económicos que hicieran posibles inversiones de esta naturaleza.

Entonces, abordamos el problema de Laguna Blanca destacando aspectos que identificaban su situación a esa fecha, tales como:

Régimen de declive permanente de su nivel.

Inicio de proceso de eutrofización.

Importante proceso erosivo de su sello impermeable

Inhibición de la presencia de diversas aves como los cisnes de cuello negro y blanco, canquenes, flamencos y gran variedad de aves palmípedas, así como la reducción de su fuente de alimentación producto del aumento de la radiación sobre la superficie de fondo.  

La erosión eólica que ponía en suspensión gran cantidad de partículas de suelo de tamaño cercano a los 0,017 mm de diámetro acelerando procesos de desertificación en otros lugares, así como el deterioro económico que sufren las actividades ganaderas afectadas por este fenómeno.

La existencia de una cuenca cercana: río Penitente, que permitía un trasvase hacia la laguna.  

Conseguimos apoyo de otro gran amigo, Ricardo Ritter, que se convirtió en el gran gestor del proyecto e iniciamos nuestra aventura de poder construir un embalse en río Penitente para trasvase de sus caudales eventuales hacia este embalse natural de Laguna Blanca. Incentivamos al Estado a solicitar esos derechos de aguas sobre el río Penitente que con un buen manejo permitiría recuperar este ecosistema en un período de tres años. 

En general, sin animadversión, podría aseverar que la ceguera generalizada y el habernos convertido en la República Teórica de Chile permitieron que nos comiéramos la torta de celebración de las bodas de plata e íbamos camino a las bodas de oro del proyecto sin conseguir el menor apoyo para su concepción. Muchos viajes, muchas reuniones, visitas al Chocón, en Argentina, visitando inversiones similares, mucho trabajo, todo absolutamente autogestionado. Continuamos en nuestra aventura exponiendo nuestro proyecto a las autoridades regionales y nacionales que muchas veces anteponían un no antes de escuchar hasta que apareció la mirada vanguardista preocupado por la escasez hídrica futura regional, nuestro, en ese entonces, intendente don Jorge Flies, quien nos brindó su total apoyo y el proyecto dejó de ser quimérico. Ahora, bajo la mirada perspicaz y apoyo de nuestra gobernación espero, podamos llegar a buen puerto y contar, a la vez, con un plan maestro de aguas regional donde todos los actores podamos colaborar por el bien de preservar nuestras praderas y no tener que depender de suministros desde otras latitudes que tanto encarecen nuestra subsistencia magallánica. 

Nunca es tarde. Como dice mi amigo Walter, hay que preocuparse de lo que hay bajo las patas del ganado. Lo único que puedo añadir es que este fenómeno, aunque han pasado 40 años, recién empieza a manifestarse con mayor agresividad, es decir, su manifestación está entrando a la parte exponencial de la curva.

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