Plaza de Armas y las obras para reparar la bullada remodelación

En octubre del año pasado, se anunciaba que se reabría para el acceso peatonal la Plaza de Armas Muñoz Gamero, luego de 15 meses cerrada producto del proyecto de remodelación. En las páginas de nuestro diario, se indicaba que sería algo así como un regalo para el Día de la Región.

Sin embargo, a nueve meses de entregadas dichas obras, la municipalidad tuvo que asumir que se tendrán que intervenir algunos sectores a raíz del evidente deterioro, principalmente por el despegue de los adoquines.

La referida remodelación se anunció con aspavientos, indicándose que sería la primera gran intervención tras 17 años desde que fuera remodelada.

Fue en junio de 2021, la municipalidad de Punta Arenas anunciaba la inversión de $950 millones para los referidos trabajos y que el director de Obras Municipales, Alex Saldivia, explicaba la envergadura de la obra.

Así, enumeró en aquella oportunidad que se realizaría un cambio del pavimento del centro de la plaza, usando adoquines de piedra canteada. Esto sería complementado con la renovación del mobiliario urbano y la instalación de luces led y de luminarias al interior de las áreas verdes para dar mayor seguridad y tranquilidad a los transeúntes de noche o durante el invierno.

Lo sucedido luego de tanta espera ha resultado decepcionante. Primero, porque a escasas horas de reabierta la plaza, algunas personas incurrieron en conductas irracionales, como ingresar con un vehículo al interior de la plaza o defecar al interior de sus jardines.

Aquello indignó a los vecinos del sector y a quienes diariamente cruzan el principal paseo para dirigirse a sus trabajos o realizar trámites o compras en el centro de la ciudad. 

Además de este comportamiento antisocial y descriteriado, a poco andar comenzó a verse cómo la recién remodelada plaza evidenciaba un rápido deterioro. 

Nuestra Plaza de Armas es una de las más bellas de Chile, está ubicada en el centro histórico de Punta Arenas, sector declarado Monumento Nacional, categoría Zona Típica, mediante el Decreto Supremo del 22 de febrero de 1991.

En la víspera, las jefaturas municipales salieron a anunciar la realización de trabajos para reparar la bullada remodelación. Una de las explicaciones dadas para ello ha sido el factor climático, lo cual habría acelerado el desprendimiento de los adoquines. 

Lo desconcertante es que, para formular tal proyecto, las condiciones climáticas extremas de nuestra región debieron ser uno de los elementos a considerar. Por ello, tal explicación resulta un tanto incomprensible.