Necrológicas

“Oppenheimer”

Domingo 23 de Julio del 2023
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“Oppenheimer” se estrena cuando el temor de una guerra nuclear ha pasado a un segundo plano y aparece uno más intrigante, impredecible y hasta paranoico: la inteligencia artificial. Y es el largometraje N° 12 de Christopher Nolan, un director cuyas películas tienen un sello  porque hay imaginación, mucha tecnología y, lo mejor de todo, un público fiel.

Puede ser la historia de un tipo que pierde la memoria cada ciertos minutos mientras resuelve un crimen (“Memento”, 2000); asaltantes que se infiltran en los sueños para robar una caja fuerte (“El Origen”,2010); una odisea espacial para salvar al mundo (“Interestelar”, 2014); o la trilogía de Batman, donde en el centro de ella está su obra maestra, “El caballero de la noche” (2008), relato nihilista en que todo sale mal porque hay un villano sin pasado, con cara de mimo macabro y que sólo busca ver al  mundo arder.

Y esta idea del mundo ardiendo invade “Oppenheimer”, pero desde  la vida del científico a quien se le atribuye la creación de la bomba atómica que caerá sobre Hiroshima y Nagasaki, pondrá fin a una guerra mundial, pero abrirá la compuerta a  una nueva, mal llamada Guerra Fría que será más silenciosa, costosa y duradera.

La película juega con distintos tiempos y géneros, el histórico porque reconstruye la intriga para elaborar la bomba, el judicial porque se traslada a los años posteriores cuando el científico es enjuiciado por sospechas de ser simpatizante comunista; y el drama existencial porque Oppenheimer es un hombre obsesivo y después atormentado por la culpa. En su estructura, reproduce a mayor escala la de otra película con una anécdota similar como es “Código Enigma”(2014), donde el matemático Alan Turing debe descifrar el alfabeto críptico de una máquina de escribir a través de la cual los nazis despachan mensajes de guerra.

“Oppenheimer” está repleta de grandes actores  en roles secundarios como Robert Downey Jr., Kenneth Branagh y Gary Oldman, quienes apenas se notan en sus roles, lo que habla bien de su profesionalismo. Matt Damon que, a pesar que se ponga bigote y se vista de general, Matt Damon queda, y Tom Conti que se parece  más al ex Presidente uruguayo José Mujica que al genio de Einstein. También Emily Blunt, como la esposa del científico, y Florençe Pugh como su primer amor, ambas relegadas porque, como la mayoría del cine de Nolan, es una filmografía de protagonistas masculinos. Mientras que a Oppenheimer lo interpreta de forma notable Cilllian Murphy, un actor de la segunda línea en varios filmes de Nolan y que ahora, por fin, es protagonista porque su rostro se hizo un lugar en la  memoria de los espectadores como el contrabandista irlandés de la serie “Peaky Blinders”.

“Oppenheimer” tiene aires de grandeza y sigue el paradigma del cineasta chileno Raúl Ruiz cuando decía que en Chile se pensaba “para qué tan simple si lo podemos complicar aún más”. Por eso rompe la cronología  de la historia, cambia de color al blanco y negro, introduce imágenes oníricas del fuego, personas carbonizadas y se mete en la cabeza del científico para mostrarnos sus temores, y quizás locura.

Paradójicamente, la película se despliega en sus 3 horas como el efecto de la bomba cuando toca tierra, porque se inicia confusa, crece y en ocasiones se extiende más de lo necesario. Y de todos esos momentos, el mejor es el proceso de elaboración del arma, porque hay una comunidad llamada Los Alamos, mitad laboratorio, mitad cárcel, con intriga, acción, dudas, sospechas y donde, a pesar que sabemos el resultado final, nos invade la tensión de que algo pueda fallar. Es la magia del cine.

Y al final de todo ese esfuerzo queda sólo esa imagen única e inolvidable. La de un hongo de fuego y humo  que crece y crece  lentamente sobre la pantalla y nos advierte que de ahora en adelante ya nada será igual.