Necrológicas

Las primeras construcciones en el barrio “18”

Miércoles 27 de Septiembre del 2023

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Por Carlos Levill Paredes

En la primera etapa de la población 18 de Septiembre las construcciones eran bastante improvisadas, generalmente una pequeña mediagua o un rancho que le permitía asegurar el espacio de terreno. Estas eran construidas en base a material ligero con restos de construcciones, envases de productos, tablas de cajones, fondos de tambores o cualquier elemento que sirviera de protección.

Como no existía red de alcantarillado, en todas las casas era indispensable la construcción de una caseta en el pozo negro, donde los integrantes de la familia realizaban sus necesidades biológicas; esta caseta por lo general estaba ubicada al fondo del sitio, era forrada con maderas de cajones o con fonolitas y atada con fuertes tirantes para que no lo derribe el viento.

Como los sitios eran de 25 metros, en invierno, poco menos que había que hacer una expedición para ir al baño; la primera labor de limpieza de la nieve era el despeje del camino al baño.

Por lo general las casas eran de una o dos aguas con techo de fonolitas y paredes exteriores forradas en base de tablones de madera superpuestos y los cercos de piquetes o varas que se iban a buscar al monte cercano.La típica forma de construir exteriormente las viviendas era en base a tablones superpuestos, casa de dos aguas y techo forrado con fonolitas acanaladas, que eran planchas de cartón impregnadas con alquitrán, que se sujetaban con clavos con cabeza de plomo. En el lugar donde salían los caños de estufa o calentadores se colocaba un escantillón o aislador de calor.

Vida social
del vecindario

En los comienzos de la población 18 de Septiembre existía un gran sentido de solidaridad, unidad y de convivencia entre los vecinos, esto se manifestaba en la gran presencia de personas en los partidos de fútbol los días sábados y domingos que se juntaban, para animar el equipo de la población que era el Palestino, la gran participación en las actividades de Fiestas Patrias organizadas por la municipalidad en conjunto con el Comité Pro Adelanto, el gran jolgorio que se producía en las calles en las fiestas de Pascua y Año Nuevo; los vecinos salían a las calles a darse el abrazo de saludo y a compartir el tradicional ponche de vino con durazno; mientras los niños reventaban cuetes, tiraban “viejas”, encendían estrellitas y miraban al cielo los haces de luces que se desplazaban provenientes de los barcos que se encontraban en el puerto junto con escuchar las sirenas de los bomberos, barcos y las campanas de las iglesias, sonidos que se unían para recibir el nuevo año. Todo era alegría, todo era una sana convivencia, ¡Ah!… y todo esto en la oscuridad dado que no había luz eléctrica, el farol más cercano estaba en Pérez de Arce frente a la entonces Maestranza Municipal.

Solidaridad

La solidaridad se manifestaba entre los vecinos en la mutua ayuda que se producía en la construcción de las viviendas definitivas, ya que la primera era la construcción de una mediagua o un rancho para asegurar el terreno.
En estas construcciones los vecinos se ayudaban principalmente en el levantamiento de los tijerales, ya que era la parte más pesada de la obra de construcción de la vivienda y el rápido techado antes que aparezca un temporal o caiga una lluvia.
Levantar los tijerales y techado era labor de un fin de semana, parte del rito de los tijerales era izar la bandera chilena o colocar una rama en la parte más alta del primer tijeral levantado, al segundo día, muy de madrugada se procedía a la colocación de las planchas de fierro acanalado de la techumbre, antes que venga un chubasco o un temporal, dado que esta actividad se programaba para un fin de semana.

La semana siguiente el dueño de casa junto con su familia manifestaban su agradecimiento a los vecinos que desinteresada y gentilmente colaboraron en la faena, mediante un asado al palo, bien regado, en que se quemaban todos los restos de maderas que sobraban de la construcción.

Una vez terminada la construcción se buscaba algún vecino para apadrinar la casa y se invitaba al cura párroco de la iglesia San Miguel, que gentilmente llegaba para bendecir la casa y espantar los malos espíritus.

En esta ocasión la dueña de casa sacrificaba una gallina y preparaba una exquisita cazuela para el cura y el “padrino”, en tanto el dueño de casa preparaba el tradicional ponche de vino con macedonia de fruta y alguna picardía, que gustosamente saboreaba el curita.

Terminada la cena y después de una larga sobremesa y muy tarde por la noche el dueño de casa con el padrino, que pasaba a ser su nuevo compadre, iban a acompañar al Padre Van Hesse hasta la iglesia San Miguel, con la picardía del ponche y el viento que desestabilizaba en la alta pendiente de calle Pérez de Arce; con la seguridad de dejar al párroco  sano y salvo en su parroquia, los nuevos compadres retornaban a la población o tomaban otro camino, no apto para el sacerdote, las cercanías de calle Boliviana.

Espíritu de servicio

En los inicios en la población no existían centros comunitarios o espacios donde realizar reuniones, sino era en alguna casa un vecino de buena voluntad. De esta forma el Comité Pro Adelanto se constituyó en la casa de doña Elisa Triviño, quien reunió a la gente, para enfrentar los problemas existentes en la naciente población, por el espíritu de servicio que lo animaba.

Por otra parte el Club Palestino nació en calle 4 Sur (Gaspar Marín esquina Mateo de Toro y Zambrano en la residencia del zapatero Ernesto Witto) y el Club 18 de Septiembre en casa de don Amado Vargas en calle 3 Sur (José Gregorio Argomedo).

En todos los vecinos había un alto espíritu de servicio, pero en este sentido hay que destacar a la persona de doña Sofía Quenti, domiciliada en calle 2 Sur 0228, quien espontánea y gentilmente facilitaba su casa para desarrollar asambleas, reuniones, actividades sociales y de beneficio e incluso para la realización del Mes de María, que era propiciado por el Obispado en la persona del vicario de la Diócesis, reverendo Padre Luis Riquelme con la colaboración de las Damas de la Acción Católica.

El espíritu de servicio de doña Sofía está reflejado en su hija Sara Haro que permanentemente colaboró de las acciones sociales de la población y su nieta Blanca Cárdenas Haro, actual presidenta de la unidad vecinal Nº20.

Este espíritu de servicio se manifestaba también en los trabajos voluntarios que se ejecutaban los fines de semana, con el ripiado de las calles, veredas y la realización de zanjas para el escurrimiento de las aguas, además del arreglo y reparación y marcado de la cancha de fútbol.

Colaboración

El espíritu de colaboración está reflejado en la gran participación en las comisiones de los pobladores en las actividades que el Comité Pro Adelanto realizaba para la recolección de fondos, como bailes, rifas, veladas artísticas, veladas culturales, ventas e incluso la compra de 48 postes, que los mismos vecinos ayudaron a descargar en la actual calle Márquez de la Plata, para que la empresa eléctrica comience a instalar la red de distribución de energía.