Las peculiaridades de las elecciones presidenciales en Argentina

Cerca de 35 millones de argentinos fueron convocados ayer a participar en las elecciones presidenciales de Argentina, proceso que fue calificado como uno de los más inciertos de las últimas cuatro décadas en el vecino país.

Finalmente, 25,9 millones de personas, el 74% del padrón, concurrieron a las urnas para elegir al sucesor de Alberto Fernández. La participación cayó siete puntos porcentuales respecto de las presidenciales de 2019. Se registró la abstención más alta desde el retorno a la democracia en Argentina.

Este proceso ha estado marcado no sólo por la crisis económica, sino también por el surgimiento de una fuerza de ultraderecha. También planteó, de coletazo, un escenario de tres tercios que es inédito en la política trasandina, con tres candidatos: Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio).

Pese a que las encuestas de las últimas semanas daban amplia ventaja a Milei, las primeras proyecciones de los bunkers o comandos comenzaron a instalar al oficialista Massa con el mayor porcentaje y al candidato de ultra derecha en segundo puesto. Esto fue confirmado en la entrega de los primeros cómputos oficiales cerca de las 22 horas de ayer, que -con poco más del 75% de los votos escrutados- dio el 36,11% a Massa, 30,35% a Milei y 23,69% a Patricia Bullrich. Mientras Juan Schiaretti sacaba 7,18% (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman, 2,64% (Fit-Unidad).

Esto implica que habrá balotaje y que el nuevo Mandatario argentino será elegido el próximo 19 de noviembre.

Los analistas electorales del vecino país entregaron diversas explicaciones, sobre todo considerando que, pese a la crisis económica, el candidato-ministro de Economía del actual gobierno liderara la votación ciudadana. Se resaltó que el apoyo a Massa se debió, en parte, a la buena performance del oficialismo en la Provincia de Buenos Aires. 

Los análisis concluían anoche que el peronismo tiene una fuerza propia emocional instalada en la historia de Argentina, por lo cual, pese a sufrir “un gobierno catastrófico y una economía destruida”, los ciudadanos del vecino país siguen votando por quienes representan dicha opción.