Centro Antártico Internacional (el diseño desechado)
Polémica ha causado a nivel nacional la información relativa a que el ministerio de Obras Públicas levantó una segunda subasta pública para adjudicar la construcción del Centro Antártico Internacional (Cai) en Magallanes.
Ello, porque las nuevas bases, elaboradas por la Dirección de Arquitectura del ministerio, desechan el diseño ganador y piden a las empresas constructoras interesadas presentar ofertas técnicas y económicas que deben incluir una nueva solución arquitectónica para este edificio.
En la edición del domingo pasado, El Magallanes alertó sobre la nueva modalidad que desecharía el icónico diseño ganador elaborado por los arquitectos Alberto Moletto, Cristóbal Tirado, Sebastián Hernández y Danilo Lagos.
Inicialmente, ninguna de las entidades involucradas en este proyecto quiso emitir opinión y no fue hasta que el diario El Mercurio publicó la carta del Colegio de Arquitectos que cuestiona lo sucedido que se pudo contar con la versión de la directora de Arquitectura del Mop, Loreto Wahr.
Sobre este caso se pueden realizar diversas observaciones, siendo la primera que el Estado invirtió sobre 1.200 millones en el diseño ganador, que sirvió de base para la primera y fallida licitación pública.
Además del dinero que hoy se tira literalmente a un tacho de la basura, están todos los recursos invertidos en personal y el tiempo que más de 40 profesionales dedicaron para afinar el diseño arquitectónico.
Cabe recordar que el 21 de abril de 2017 se levantó el concurso internacional de anteproyecto de arquitectura para la construcción del Cai y que en él participaron 54 estudios y empresas del rubro, adjudicándose el diseño Moletto y asociados en noviembre de dicho año. Desde ahí, fueron tres años de trabajo, en que un equipo multidisciplinario acotó el diseño y trabajó en la elaboración de todos los documentos requeridos, la tramitación de los permisos y las aprobaciones necesarias de esta iniciativa que en ese momento se declaró apta para construcción.
Estos aspectos fueron así cuestionados por el Colegio de Arquitectos, los que también pusieron el acento en que, de paso, se desecha los procesos de participación ciudadana realizados. A ello, se puede abundar que tal actitud surge desde un gobierno que dice valorar y promover que los habitantes del país sean informados y que emitan su opinión en todas aquellas materias de importancia y que hagan al desarrollo y al bienestar general de la población.