Necrológicas

– Mauricio Enrique Mansilla Gutiérrez

– Daniel Eduardo Vásquez Mascareño

Obispado y Premio de la Paz

Por La Prensa Austral Domingo 24 de Diciembre del 2023

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Esta noche, en todo el mundo se celebra una de las fiestas religiosas más universales: la Navidad, que recuerda el nacimiento de Jesucristo y el misterio, para los cristianos, de la encarnación de Dios.

Lo interesante es que esta efeméride está ligada a un concepto polisémico como es cristiandad. Por ella, no sólo nos referimos a quienes profesan alguna religión cristiana, sino a todos aquellos que observan la ley de Cristo sin tener que adscribir oficialmente a un culto. Bajo tal concepto podemos aludir también a la civilización cristiana o cultura cristiana que va mucho más allá del ámbito religioso. Además, podemos referirnos a los Estados y/o gobiernos que son ejercidos bajo la filosofía del Evangelio.

¿Y qué implica la observancia de la ley de Cristo o la filosofía del Evangelio? En rigor y en palabras del propio Jesucristo: amar al prójimo (al otro) como a uno mismo y no hacer a otros lo que no se quiere que hagan con uno.

La ley cristiana se resume, entonces, en tener empatía por otro ser humano sin importar su condición y conlleva un sinnúmero de principios y conductas, como tener consideración por las personas, compasión por quienes sufren o experimentan alguna falencia, ser desprendidos de lo material y generosos, practicar la filantropía y, en suma, estar abiertos a establecer vínculos desinteresados de amistad.

En cada comunidad, hay personas que diariamente hacen suyos estos principios y abrazan, consciente o inconscientemente, los valores y principios de Cristo. Muchas veces, realizan un trabajo desinteresado, abnegado y comprometido sin buscar recompensa e, incluso, a riesgo de sus vidas. Muchas veces, estas personas viven entre nosotros y ni siquiera reciben un: “¡Gracias!”.

Como una forma de corregir aquello y de resaltar el aporte altruista de muchas personas, el Obispado de Punta Arenas estableció el Premio por la Paz, que este año recae en tres vecinos que fueron perseguidos durante la dictadura militar y que, pese a ello, realizaron un trabajo vital y de resistencia, aportando decididamente al respeto de los derechos humanos en Magallanes.

El agradecimiento también es parte de la actitud cristiana de vida y, por ello, siempre será necesario mostrar gratitud. Por ello, valoramos el Premio por la Paz y nos unimos al Obispado de Punta Arenas para decir antes que culmine este año: “¡Gracias, Paulina Echeverría”; “¡Gracias, Baldovino Gómez!”; “¡Gracias, Clemente Gálvez!”.