Nadadores de rescate del Grupo Aeronaval Sur: entrenados para salvar vidas

Una tarea no tan conocida ni tampoco observada por la comunidad, pero indispensable para la seguridad en el estrecho de Magallanes, es la que ejecutan los nadadores de rescate del Grupo Aeronaval Sur de Punta Arenas de la Armada de Chile. Se trata de funcionarios entrenados para salvar vidas, que constantemente deben vencer las adversidades propias de la zona. 

El sargento segundo Matías Gatica y el cabo primero John Vargas se desempeñan desde hace 7 y 8 años respectivamente. 

Según relatan, su día a día responde a actividades físicas -en gimnasio y piscina- de lunes a viernes, debido a que el 80% de exigencia en cada procedimiento se basa en esta condición. “Muchas de las dificultades en un rescate van muy asociadas a nuestro físico en el agua, combatiendo las marejadas y condiciones climáticas”, señala Vargas. 

Las emergencias se activan a través de la gobernación marítima, que se encargará de distribuir los recursos frente a cada operación, incluyendo el grupo aéreo mencionado, que cuenta con un avión de exploración y un helicóptero de rescate, además de 4 rescatistas, tres pilotos por nave y dos enfermeros. 

En total, 41 nadadores de rescate se distribuyen a lo largo del país, con seis de ellos en Magallanes (4 en Punta Arenas y 2 en Puerto Williams).

Cuando se le pregunta ¿por qué decidieron ser rescatistas?, no tienen una respuesta concreta. Cada uno tiene su propio motivo que en el fondo se conecta con los demás: vocación. “Cuando egresamos hicimos un juramento para dar la vida si fuese necesario por la patria y su bandera y este trabajo va de la mano con eso”, enfatiza Gatica.

Para este sargento, “no hay una labor más linda que la que te permite poder salvarle la vida a alguien. Es algo que hacemos de manera silenciosa y que no muchas veces es divisado por la opinión pública”.

La motivación y disciplina fueron los conceptos más resaltados por este rescatista a la hora de hablar de su impulso para dedicarse a esta labor. “Capacitación constante para poder volver a casa el día de mañana”. 

Consultado qué emergencia ha marcado su vida durante su trayectoria en este quehacer, recordó el momento en que una lancha pesquera artesanal con tres niños y un adulto volcó cerca de Valdivia, en Lago Ranco, en enero de 2013, en un accidente que dejó el saldo de un menor fallecido. “Aquel día fue la primera persona que saqué del agua y todavía puedo recordar su imagen, su rostro y el olor que había. Me marcó mucho, sobre todo porque se trataba de un niño”. 

Para su compañero, el cabo Vargas, quien ha realizado toda su carrera de rescatista en Magallanes, su primera experiencia fue en el estrecho de Magallanes, en la costa de Barranco Amarillo, donde un hombre, de alrededor de 27 años, ingresó mar adentro con su novia a bordo de un bote. El joven extravió los remos a 300 metros de la costa.

“El intentó volver nadando para luego ir a buscar a su novia y a los 20 metros se congeló por hipotermia. Cuando llegamos,  vimos cómo se lo estaban comiendo los pájaros mientras flotaba en el agua. Esa experiencia me marca hasta el día de hoy”.

Tragedia del Hércules

Sobre su labor desplegada en la búsqueda de las víctimas del avión Hércules de la Fach en 2019, relatan que su rol se concentró en Puerto Williams. 

“Cuando partió la fase de incertidumbre nosotros ya teníamos conocimiento de que algo estaba pasando esa tarde y se comenzó a preparar el sistema de acción para reaccionar”, subraya Gatica. 

En esa misma línea, Vargas apuntó que “cuando sabes que es un camarada de otra institución de la Defensa Nacional golpea fuerte porque sabemos lo que puede pasar en un accidente. Esa vez nos tocó de un punto de vista distinto más profundo y tuvimos que tener la cabeza más fría para hacer nuestro trabajo”.