Necrológicas

Duna, Parte 2

Domingo 10 de Marzo del 2024

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Guillermo Muñoz Mieres,
periodista

 

 

Estados Unidos/ Canadá  2024

Director: Denis Villeneuve

Protagonistas: Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson, Josh Brolin, Austin Butler

En salas de cine de Punta Arenas y Natales

La idea religiosa sobre un mesías destinado a salvar el mundo ha sido llevado con épica y mística por el cine al traducir en imágenes un relato donde, para una comunidad oprimida por algún poder totalitario, cobra fuerza la profecía que anuncia la llegada de un líder que cambiará el rumbo de las cosas. Se trata de un grito de esperanza, pero también de condena para aquel futuro líder porque, en la mayor de las ocasiones, hombres y ejemplos hay varios, como el Luke Skywalker de “La Guerra de las Galaxias”, el Neo de “Matrix” o hasta el Poh de “Kung Fu Panda”.

Ahora se agrega a esta idea la segunda adaptación de la novela “Duna” de Frank Herbert, relato épico futurista con fantasía medieval que fue profecía no cumplida del cineasta chileno Alejandro Jodorowsky, pero terminó siendo llevada al cine finalmente en 1984 por David Lynch que, no por esta realización, pero después de ella, se convertiría en uno de los grandes del séptimo arte. La nueva adaptación de “Duna” ahora está a cargo del canadiense Dennis Villeneuve y su exhibición está planificada en varios episodios. La parte 1 se estrenó hace 3 años y era una cinta que demoraba más de lo necesario para contar la historia de una familia real aniquilada por intrigas palaciegas.

Ahora en “Duna, parte 2” retoma la vida de Paul Atreides, un príncipe al estilo de Hamlet que vive desterrado  en una comunidad guerrera conocida como Fremen, rodeados de desierto, donde escasea el agua, pero abunda “la especia”, recurso natural codiciada por el imperio dominante. Los Freemen libran con astucia una batalla contra los saqueadores imperiales, pero aunque en opinión dividida, creen también en la profecía de un líder que los guiará hacia una tierra prometida que, si no se equivocan los sueños, al menos tiene mar.

La película se extiende por casi 3 horas donde hay cierto aire de religiosidad en el relato que podría hasta creerse que se trata de una metáfora sobre la resistencia de los talibanes en Afganistán. Sus mejores momentos están en el desierto con las batallas y unos gusanos gigantes que apenas se ven, pero se sienten bajo los pies y que recuerdan a los potros salvajes de las películas de vaqueros que deben ser domados por el héroe para demostrar su fortaleza. El resto es más de lo mismo que en la parte 1, algo sobre el poder, creer en la profecía y donde Paul se debate entre ser el líder o no de la causa, con un Timothée Chalamet cumplidor, Zendaya enojada en toda la película y un Christopher Walken que como emperador apenas se esfuerza porque sabe que su gran aporte al cine ya está dado.

“Duna parte 2” es más que su primera parte en acción y movimiento, pero el despliegue visual que ostenta no es suficiente para atrapar algún momento de emoción. Quizás le falta esa mirada al horizonte de un joven campesino que desde una galaxia lejana se pregunta si hay un futuro para él; o la de un ex ejecutivo de día y hacker de noche que comienza a creer en algo; o la de un panda grande y gordo que por sí mismo entiende que uno finalmente es lo que hace. Quién sabe.

Se dice que no hay primera sin segunda, que si la primera es ahí nomás, la que viene lo arregla todo. Ahora parece que será la tercera. Es como la profecía misma de la película. Se anuncia una y otra vez que llegará, pero cuando llega, no se sabe si fue para mejor.